Aurelio Muñoz: "Durante la pandemia monté con unos socios Pádel Indoor La Ría"

Me llena de alegría que se acerque por esta ventana pública Aurelio Muñoz Varela, un tipo muy entrañable y con don de gentes, quien estudió EGB en el Seminario, para posteriormente irse a trabajar a Carrefour con 16 años, pasar por una fábrica, seguir de albañil y recalar en Coca-Cola, irse al campo y llegar al ayuntamiento, ya con 22 años que entra en el servicio de limpieza de barrendero, seguir con la manguera y en la actualidad estar de inspector de limpieza. 

Nació en el barrio de El Torrejón y vivió allí durante  25 años, y nos cuenta que fue duro y a la vez muy bonito, continuando diciendo lo siguiente:

"Tengo amigos muertos por la droga, pero también teníamos cosas buenas, por ejemplo, El Florida que Julián, Domingo, el cartero, y mucha más gente sacaban a los chavales de las calles y nos entrenaban, y yo vi como esos hombres hicieron que el equipo llegara hasta Almería, Ceuta y a jugar con el Betis 

Eso tiene mucho mérito para un barrio como El Torrejón. Lo mejor de lo mejor es  que convivimos gitanos y payos todos juntos y amigos de verdad.  A día de hoy tengo grandes amigos gitanos con los que no he perdido el contacto, y nos llevamos fenomenal. 

Aurelio como persona es un tipo de los que merece la pena conocer, por lo servicial que es, el sentido tan grande de la amistad que tiene y la bondad que desprende.

Me llama para contarme los progresos que ha hecho desde la pandemia para acá y le propongo esta entrevista, como no podía ser de otra manera acepta y empezamos así, eso sí, no sin antes ponernos al día de nuestras respectivas vidas. 

P. - ¿Cómo crees que ha cambiado la vida tras el covid y especialmente con el deporte? 

R. - El covid con el deporte lo destrozó, aunque por ejemplo no se podía jugar al fútbol, pero sin embargo al pádel le dio todavía más vida. Yo ahí empecé con el pádel, la bicicleta... A algunos deportes le ha hecho más daño y a otros menos , pero pienso que el covid no ha traído nada bueno ni para el deporte ni para la vida en general.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento? 

R. - Claro que he pasado miedo, pero luchando se te quitan esas historias. Yo le tengo miedo a las enfermedades a las que no se pueden controlar, sobre todo al cáncer. La salud es primordial, por lo demás nada, pues soy un tío muy "echao palante" 

P. - ¿Qué proyectos tienes cara al futuro? 

R. - Tal y como está el patio que quieres que te diga? Como te he contado antes de empezar la entrevista, he montado unas pistas cubiertas de pádel, y quiero involucrarme mucho en que sigan funcionando bien, conservar mi puesto de trabajo y vivir, que no es poco. 

P. - ¿Cómo ha sido montar unas pistas de pádel? 

R. - Llevaba mucho tiempo pensando y con ganas de montar algo, no sabía el qué, hasta que empecé en el mundo pádel con un compañero de trabajo, Fernando Carbajo, que me invitó a echar un partido, y a día hoy lo tengo de socio. 

Yo iba a jugar a distintas instalaciones e iba viendo que en Huelva había falta de pistas cubiertas, se tenía necesidad, pues las que había siempre estaban alquiladas.

Coincidí con mucha gente en partidos y conocí a mi otro socio, Tomás Motero, y al final aquí nos vemos con un negocio montado. 

P. - ¿Cómo se llaman vuestras pistas y dónde se encuentran ubicadas? 

R. - Se denominan "Pádel Indor La Ría" y están en una transversal de la Avda. Francisco Montenegro, concretamente en la calle Isaac Albéniz, junto a la gasolinera de los taxistas. Son unas instalaciones muy cómodas, muy bien acondicionadas y están teniendo una gran aceptación entre las gentes que la visitan, donde además tenemos una pequeña tienda de prendas y utensilios que se necesitan para jugar al pádel. 

P. - ¿A qué se debe el éxito del pádel en la sociedad? 

R. - El pádel tiene una aceptación brutal, por que es un deporte que puede jugar cualquiera, incluso los que tienen como preferencia otros como el fútbol, baloncesto, voley... Y te voy a decir una cosa Camacho, la pandemia ha beneficiado a este deporte, pues mientras a otros no se podían jugar, el pádel no estaba prohibido practicarlo, en cambio el fútbol, por citar un ejemplo si. 

P. - ¿Qué significa Huelva para ti? 

R. - Huelva lo es todo para mí. Huelva es un paraíso. Yo que viajo por otras muchas provincias, noto el estrés que tienen, en cambio aquí está todo va más tranquilo, hay más calidad de vida, de verdad que no sabemos lo que tenemos. 

Dicen que estamos en una esquina de España ¿y qué? Yo salgo de Chucena y ya estoy deseando dar la vuelta para volver a mi casa. 

Amo Huelva, soy más de Huelva que un choco

P. - ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas ser de mayor? 

R. - Mi niñez fue auténtica, estaba todo el día en la calle jugando, fundamentalmente a la pelota. Vivía en un barrio humilde como es El Torrejón, que es donde me he criado, donde había muchas cosas malas pero también muchas buenas. Gente humilde en un barrio marginal pero con muy buena convivencia. Y de mayor, ya sabes tú, que siempre he soñado con ser futbolista 

P. - ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y a qué dedicas tu tiempo libre? 

R. - Fútbol y pádel, pádel y fútbol...¿Sigo? 

P.- ¿Quiénes son tus referentes personales y profesionales? 

R. - Mis referentes profesionales son el que a día de hoy es mi compadre, ex jefe y mi gran compañero Salvador Robles Prieto, porque es de los que me ha enseñado y ayudado en mi camino laboral.

Y en lo personal, mi madre una auténtica luchadora ante cualquier adversidad en la vida , siempre ha tenido con una actitud admirable. 

Y mi mujer que es la persona que me sabe encarrilar, Camacho la que me sabe llevar.

P. - ¿De qué te arrepientes?

R. - No me arrepiento de ná. Lo hecho, hecho está, arrepentirse no vale de nada, sobre todo cuando se actúa de buena fe, como he hecho yo toda mi vida?

P. - ¿Qué recuerdos guardas de los partidos de fútbol que jugaste con el equipo de la prensa de Huelva.

R. - Recuerdo el buen rollo que había, era impresionante, nos lo pasábamos genial, de loco. ¡Que buenos tiempos! Todo era felicidad, el fútbol era otra cosa, disfrutábamos, íbamos a muchos sitios a jugar donde nos trataban muy bien. En definitiva recuerdos con mucho cariño.