El Recre no ha sacado tajada de tres de sus cuatro mejores canteranos
Si el fútbol es caprichoso, aún lo es el mercado de fichajes. Aunque hay excepciones, casi siempre es difícil anticipar qué jugador valdrá una millonada con el paso de las temporadas, pues el rendimiento y la progresión de un futbolista dependen de mil y una variables, muchas de ellas incontrolables.
Aún así, fastidia haber tenido un diamante en bruto y ver cómo son otros los que se benefician, sólo por no haber sido capaz de reconocer a una joya a tiempo. Es el caso del Recreativo de Huelva y de tres de sus cuatro mejores canteranos de los últimos tiempos.
El caso más reciente es el de José Naranjo. El extremo de Rociana acaba de ser traspasado del Celta al Genk por 1,8 millones de euros, y aunque el Decano se beneficiará de 49.500 euros por el Mecanismo de Solidaridad de la FIFA, es inevitable pensar que el dinero que va camino de Vigo, muy bien podría haber acabado en el Nuevo Colombino.
Cabe recordar al respecto que Naranjo también fue protagonista de otra operación millonaria este verano, cuando el Celta pagó 1,5 millones de euros al Nàstic, si bien, se rumorea en Tarragona que un tercio de la operación se perdió entre comisiones a agentes, representantes e intermediarios. Sea como fuere, de nuevo se trata de un dinero que en el Recre habrían recibido con una fiesta.
Algo parecido puede suceder con Juan Villar. El serrano se marchó del Decano por la puerta de atrás empujado por Pablo Comas, por un sector de la afición y por su propia inmadurez dentro y fuera de los terrenos de juego.
En Cádiz creció como futbolista y maduró como persona, para acabar en el Valladolid, donde su cotización se ha disparado. El Deportivo quiso ficharle por 600.000 euros. Y el Leganés, por un millón. Habrá que estar atento a su salida de Pucela.
Caso distinto es el de Fidel. En enero de 2012, el Recre cerró su pase al Benfica en una operación que dejaría 350.000 euros en las arcas recreativistas. El futbolista incluso pasó el reconocimiento médico en Lisboa, pero el acuerdo se rompió por discrepancias entre el jugador y los portugueses.
Después, en julio de aquel año, el Decano vendió al riotinteño al Elche en una operación donde los beneficios a futuro (un 40% de un posible traspaso) eran el 'premio gordo'. Una cláusula que los ilicitanos burlaron con una cesión al Córdoba que fue interpretada en Huelva como un traspaso encubierto. Los tribunales negaron la razón a los albiazules.
Únicamente en el caso de Chuli el Recreativo ha salido beneficiado. Repescado tras su paso por el Espanyol, el ariete se revalorizó de la mano de Sergi Barjuan. Sus 15 goles en Segunda División le pusieron en el escaparate y el Betis acabó pagando a los onubenses 500.000 euros por hacerse con los servicios del delantero, más un 20% de su pase al Almería.
La tentación de culpar de estas 'pifias' a Pablo Comas y sus subalternos es inevitable, pero para ser justos cabe recordar que durante la era Gildoy también hubo grandes aciertos, además de con Chuli, con Alexander Szymanowski (se marchó al Brondby por 500.000 euros) o Toño (vendido al Levante por 375.000 euros). Simplemente, es fútbol.
