martes. 23.04.2024
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Opinión

Tal vez sea deformación profesional pero en estos momentos se me ha ocurrido titular este comentario, que a modo de reflexión me permito dirigirles a los lectores, con la cabecera I³ (I al cubo). ¡No cabe la menor duda que podemos generalizar a la potencia n´-ésima: In!

Como a muchos, me hierve la cabeza escuchando hoy, una vez más, las atrocidades con que nos "deleitan" los medios de comunicación.

1. La Primera “I” para INFAMIA

Harto de estar harto califico de infamia lo que está sucediendo con los refugiados. !Todos quedan detenidos! Los líderes de los 28 países de la ¿Europa mayestática? acordaron hace unos días, en otra reunión más (¡con el dinero que cuesta reunir a tanto político para reuniones estériles, se podrían alimentar los miles de niños y niñas que pasan calamidades en los campos de refugiados!) con Turquía que todos los que lleguen de manera ilegal por mar, a la que bien se podía llamar "DESUNIÓN EUROPEA" , a partir de la madrugada del domingo 20 de marzo, serían internados en centros cerrados (a la espera de ser retornados a Turquía). ¿Es justo? ¿De qué sirve tanta "mente privilegiada sin corazón"?

2. La segunda “I” para IGNAVO

Harto de estar harto califico a Europa, y por supuesto a nuestro país, de ignavo. No se puede ser más floja, cobarde e indolente la actitud de la Europa egoísta y torpe que no ha sabido ni sabe gestionar el problema de los refugiados. ¿Por qué tanta hipocresía?

3. La tercera “I” para INACEPTABLE

Harto de estar harto califico de INACEPTABLE la actitud de los líderes de la "Europa solidaria". ¿No es un acuerdo perverso, falto de legalidad e inaceptable, después de la reunión del mes de marzo pasado, que esa Europa citada tu-supra y Turquía hayan acordado que esta última se haga cargo de los refugiados llegados a Grecia desde su territorio, a cambio de una importante ayuda financiera?

¿Dónde queda la cara humana del acuerdo?

Mi desprecio a los dirigentes, y mi solidaridad para esas personas refugiadas que su “único mal” es haber nacido en las parte más olvidadas y castigadas del mundo, con la permisividad y egoísmo de las potencias occidentales.

¡No sé, no sé,......!, al estar bombardeado de tanta injusticia, me pregunto que después de las ideas que pasan por mi mente y que emergen incesantemente a la superficie de mi cotidianidad, ¿no será posible, que en alguna medida, pueda controlar los sentimientos?

Tal vez sea la saturación que me invade, la que no me permita disponer de la serenidad suficiente para alejarme, aunque sea momentáneamente, de tanta maldad e insensibilidad. En definitiva, me pregunto : ¿existe la posibilidad de tener la suficiente serenidad para alejarlo todo, de manera que me vea obligado a vaciarme de algo? Pudiera ser, y lo digo desde el convencimiento, que el excedente de espiritualidad que me embarga me obligue a ponerme delante del ordenador para evacuarme de determinados pensamientos….pero es imposible digerir tanta I.

Sixto Romero Sánchez

Prof. Universidad de Huelva

Presidente de la Academia Iberoamericana de La Rábida

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