viernes. 19.04.2024
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Opinión

El verano como antidepresivo

La psicóloga y escritora PIlar Enjamio resume a la perfección el estado anímico que proporciona el verano.
La autora, en el museo de Rocío JUrado.
La autora, en el museo de Rocío JUrado.
El verano como antidepresivo

Es evidente que  todo proceso de cambio supone una adaptación y es gradual. Ocio, relax, sin horarios ni normas y con ese amplio concepto de vivir y libertad.

Se produce en este cambio ansiedad, apatía, desorientación... despertándose y en vez de ir al baño tropezar con el armario. Esta falta de ubicación es pasajera y poco a poco se vuelve a lo cotidiano.

Ver imágenes que nos sigan erizando la piel de vivencias reconfortantes y en la etapa del sueño revivir y recordar momentos y lugares,  pequeñas escapadas de fin de semana hacen más llevadero y acortan la sensación de que pronto habrá otro verano.

El tiempo cálido activa la pasión y eleva la dopamina, un potente antidepresivo. Observar un lugar y bullicio y gente es vida en calles y playas.

He observado en la costa gaditana un día de tormenta y lluvia sin gente en calles y playas. Se tornaba un lugar bello pero sombrío.

La luz y el calor humano es VIDA con mayúsculas. Hay mares y playas cercanos aunque los veamos cómo sucedáneos porque para muchos el Paraíso está en Andalucía. Yo soy del Sur porque las sensaciones y vivencias que me da son inigualables.