No basta con quitar de la Constitución el término disminuido
Por supuesto que es algo positivo que los políticos olviden sus diferencias y se borre el concepto disminuido de la Constitución. Pero esta acción, por la que llevamos luchando tantas asociaciones que creen no hay discapacidad sino diversidad de capacidades, no debe reducirse a un mero papel o texto sino a una no discriminación e igualdad de oportunidades y armas para motivar en todo tipo de actividad y exigencias de acuerdo a las múltiples capacidades individuales.
La única discapacidad solo existe en mentes retorcidas con un concepto erróneo y sin respeto ni sensibilidad.
Los gobiernos prometen mucho pero del dicho al hecho hay un trecho . A todo individuo se le deben proporcionar armas eficaces que potencien la creatividad y la diversidad.
No sólo desarrollar y estimular las características innatas sino aprender y motivarse por algo nuevo y adquirido.
Todo ello crea experiencias y expectativas muy positivas a nivel mental. Por supuesto sabemos que la mente es cono un ordenador que almacena información que usa posteriormente.
La mente determina nuestro comportamiento y por ello nuestra autoestima se forma en base al concepto de los demás. Lo mismo ocurre con los médicos y psicólogos con esa empatia y profesionalidad que saben usar esa palabra que cura y cambia el pesimismo y miedo de un paciente en esperanza y positividad.
Señores políticos, lo prometido es deuda