sábado. 20.04.2024
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Opinión

La familia como pilar básico de socialización.

Paula García Sánchez, criminóloga y mediadora, nos habla de cómo la familia es una de las instituciones de socialización que tiene más importancia.

La familia como pilar básico de socialización.

Cuando hablamos de socialización nos referimos a todos aquellos agentes que contribuyen en el proceso de enculturación y personalización de las personas.

La familia es uno de los agentes primarios, el pilar básico de la educación, junto con la escuela, es una de las instituciones de socialización que tienen más importancia.

En la actualidad se tiende a infravalorar la importancia que tiene en la educación el papel de la familia, tendiendo a relegar esta carga a las instituciones educativas. Es un error pretender que solo las escuelas se encarguen de ello, pues es la familia el primer contacto que tenemos al nacer.

Es importante comprender que los primeros años de vida influyen en la forma en que los/as niños/as interaccionarán con el resto de la sociedad. El microsistema que se crea configura el contexto inmediato de la persona, forjando las pautas básicas que determinaran la forma de comprender el mundo y la manera de actuar.

Desde el punto de vista criminológico, la familia es uno de los factores de riesgo que hay que valorar ante la conducta antisocial o delictiva que las personas pueden llegar a cometer. Precisamente por su relevancia como agente socializador.

Según un estudio, la ausencia de reglas, control o límites puede producir indecisión e inseguridad, así como ansiedad, agresividad e inadaptación. (Puga-Torres & Echeverria-Villafuerte, 2017).

La forma de educar genera una serie de consecuencias en los jóvenes que marca y determina ciertas características en su forma de interaccionar con el resto del mundo: partiendo de las investigaciones de Sánchez Espejo, los padres autoritarios que se caracterizan por elevados niveles de control y de exigencias de madurez y bajos niveles de comunicación y afecto pueden generar desconfianza, retracción, baja competencia social, irritables y aprensivos.

Por otro lado, una educación permisiva caracterizada por un bajo control en las actividades desarrolladas por sus hijos genera hijos inmaduros, con poca autoestima, incapaces de asumir responsabilidad y carentes de seguridad.

Para solventar estos obstáculos es necesario desarrollar la comunicación, el afecto, el control y las exigencias de madurez. (2008)

Cabe destacar que junto a la familia interaccionan la escuela y el grupo de iguales. Por lo tanto, para prevenir la violencia no se puede partir solo de programas focalizados únicamente en los centros educativos.

Es mediante la interacción con todas estas esferas que las personas definimos nuestros roles en la sociedad. Y, como resultado, los factores de riesgo que deben tenerse en cuenta y debemos buscar disminuir deberá ir más allá de las comunidades educativas.

BIBLIOGRAFIA

Puga-Torres, I. M. & Echeverria-Villafuerte, J. E. (2017). La familia como factor criminógeno en la sociedad. Polo del conocimiento2(5). https://doi.org/10.23857/casedelpo.2017.2.5.may.392-404

Sánchez Espejo, I. (2008). La familia como primer agente socializador. Cuadernos de Docencia - Revista Digital de Educación1(10). http://www.st2000.net/cdocencia/numero010/art01005.pdf