Una Reina republicana
¿Y ahora qué? Todo depende de la voluntad de los españoles. De eso trata la democracia. El Rey abdica y da paso a su sucesor, el Príncipe Felipe. Todo está claro en la Constitución y el Parlamento y el Gobierno han de dar sus pasos. Todo está atado y bien atado. Lo mismo que tras la muerte del dictador.
Hasta aquí lo estrictamente institucional. Lo que ocurre es que la marcha del Rey lleva consigo el cese de la Reina, quizá el miembro de la Casa Real más valorado por los españoles. El problema es su sucesora, la republicana Letizia, especialista en meteduras de pata y salidas de tono. Si nadie duda de la preparación del nuevo Rey, el de la futura Reina no está tan claro. Habrá que confiar en su discreción, ya que de lo contrario se convertirá en la auténtica ‘reina del papel cuché’, y ahí sí que saldremos perdiendo con el cambio. Tiempo al tiempo.
Ahora mismo tras el fin de la II República tendremos a un Rey que por primera vez tendrá que ser elegido por un Parlamento democrático, sin herencias franquistas recibidas. Han pasado 78 años desde entonces y pocos viven para contarlo, de ahí la importancia del hecho. El Rey Juan Carlos ha sido fundamental para el desarrollo democrático, siempre con el apoyo, no lo olvidemos, de la inmensa mayoría de los españoles, pero la última palabra la ha de tener este mismo pueblo español representado en las Cortes, de donde debe salir el refrendo por mayoría absoluta de Felipe VI como nuevo Rey, y por ende de la Monarquía. ¿Es esto lo que quiere el pueblo? Sus señorías deben pronunciarse.
La Constitución que avala a Felipe VI tiene 36 años de vida y nadie que no tenga 54 o más (había que tener 18 años en 1978 para poder acudir a la urnas) la ha votado, el propio futuro Rey incluido. ¿De cuántos españoles estamos hablando? Puede que cerca de la mitad. Entonces, ¿ahora qué hacemos? Para mí son las auténticas incógnitas, al igual de lo que hará ahora esa izquierda a la que tanto se le llena la boca de proclamarse republicana y vivir del cuento de la ‘heredada’ Monarquía parlamentaria. Es hora de no seguir escondiéndose y proclamar donde se debe, en el Parlamento, la forma de gobierno que se desea. Felipe VI tiene asegurado el cargo de Rey pues el PP cuenta con los diputados suficientes para la necesaria mayoría absoluta, aún descontando sus señorías que son republicanos (Celia Villalobos y alguno más), pero ¿por cuánto tiempo? Desde los gobiernos de Felipe González la izquierda española no ha tenido tanto poder a la hora de decidir el futuro de España: Monarquía o República.