Socialismo de pandereta

El PSOE lleva unos años que no levanta cabeza, fracaso electoral tras fracaso electoral, y cuando parece que llega la catarsis se dedican a pelearse los unos con los otros dentro del mismo partido. Llevan desde el día después al 25-M haciéndonos ver que hay que hacer un cambio radical, que la marcha de Rubalcaba es un soplo de aire fresco y que los nuevos tiempos han de dar con la clave de lo que debe ser el 'nuevo' socialismo español. Dos semanas de mucha palabrería pero carencia de ideas. Aquí los que salen a la palestra dan cuenta de 'su' socialismo, alguno sólo piensa en ser cartel electoral y los demás a verlas venir, en el convencimiento de que ya habrá uno que les sacará las castañas del fuego. Ese alguien parece que ha dicho que no quiere el despacho de la calle Ferraz y que se queda con el que ya tiene en Sevilla. Susana Díaz deja que la crisis la solucionen otros, que ella ya tiene bastante que lidiar en Andalucía. Y para cerrar la jornada un insigne del partido va y suelta que la señora Díaz es el mejor presidente que ha tenido la Junta en la democracia. Peloteo que no se sabe muy bien en qué lugar deja a los anteriores jefes, también socialistas, del Ejecutivo andaluz que tantos años han estado en el cargo, ya que la actual inquilina apenas acaba de aterrizar en San Telmo.
Así es la política, cada uno a lo suyo y a esperar agazapados para saltar a la arena cuando se vea el camino expedito. El siguiente paso, que Eduardo Madina se aclare e intente aglutinar la mayoría de los apoyos con los que contaba, según decían, la mediática Susana.
Queda un mes escaso para ponerse de acuerdo ¿Dónde están las ideas? O es que ya está todo decidido. La novedad, que vota la militancia. Perfecto. Pero, primero tendrá que haber candidatos. A simple vista da la impresión de que la 'abdicación' de Susana Díaz deja el congreso en manos de Madina, a no ser que los que vayan en contra se 'inventen' un candidato para abrir una nueva vía. No parece lógico que la vieja guardia presente a uno de los suyos (renovación), y tampoco sería bueno la aclamación popular de uno de los propuestos. A ver si al final los militantes van a elegir a alguien que no esté dispuesto para la causa. En este PSOE todo es posible, hasta un 'nuevo Zapatero'.