Niños

La estampa se repite todos los fines de semana: padres con hijos acudiendo a los locales de restauración para comer con sus seres queridos (todo normal). Niños que en la mayoría de las ocasiones están más pendientes de sus juegos que de la comida que les piden sus progenitores (todo sigue normal). Con el transcurso del tiempo, los pequeños se empiezan a aburrir y deciden hacer una expedición por el local en cuestión, sin que a los padres les preocupe que se levanten de la mesa. Bueno, en algunos casos se pide a los niños que sigan sentados, se les amenaza con castigarles y hasta se 'negocia' con ellos (todo sigue, más o menos, normal). A medida que avanza la comida, algunos de estos niños ya pululan a su anchas por el local, haciendo amigos, jugando en el suelo, las mesas o sillas que puedan estar vacías..., sin el menor rubor de los padres, a los que les debe importar bien poco que sus hijos se dañen o molesten a las personas que se encuentran en el lugar (la situación ya no es tan normal). Y no proteste usted o llame la atención a los mayores, ya que se pueden hasta ofender. Son niños, dicen. Está claro, pero los padres hace años que dejaron de serlo. Unos padres que parece que ven los fines de semana como una liberación del duro trabajo diario y que piensan que estos días deben de ser otros los que 'soporten' a sus hijos.

Ahora bien, dibujen ustedes en su mente la misma situación, pero en vez de padres, los niños están acompañados de los abuelos. Entonces no suele haber problemas. Eso sí, le ocurre algo al niño en cuestión estando con los padres y no pasa nada, pero si el percance es cuando está con los abuelos ... Entonces comienzan los reproches sobre la poca atención prestada, se pide todo tipo de explicaciones y se arma la marimorena. ¿Me van a decir ustedes que esto es normal?