jueves. 09.05.2024
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Opinión

La gran estafa catalana

Los políticos catalanes siguen jugando al despiste, con declaraciones sin sentido de cara a la Diada y a la consulta independentista del 9-N. Y digo que juegan al despiste ya que, excepto el partido gobernante en España y alguna voz valiente de la oposición, el resto de fuerzas políticas se han creído lo de la negociación y el diálogo que exige el president Mas. ¿Qué interés tienen en alargar todo esto? Nunca habrá negociación, ya que lo que se pretende es ilegal y así lo tendrá que corroborar el Tribunal Constitucional. ¿Por qué los socialistas insisten en que hay que dialogar? ¿Pretenden que Cataluña salga favorecida de esta fechoría? No es entendible que un partido con vocación de gobernar deje en el aire la posibilidad de un acuerdo cuando sabe que lo solicitado desde hace muchos meses desde Cataluña va contra el Estado de Derecho. ¿O es sólo la vocación torticera de ir siempre en contra de lo que se diga desde el Gobierno y el PP?
Todo este galimatías lo único que consigue es apartar a la sociedad de otros problemas por los que atraviesa el país. Ya parece que no importan tanto los temas de corrupción, los tan afamados recortes, la retahíla de parados, los problemas en la sanidad y la educación... Sólo importa Cataluña. Es como si hasta el 9-N no existiera este país. Y los separatistas catalanes disfrutando con su engaño. Ahí se equivoca la oposición al completo, ya que parece que este país va sobre ruedas y que el único problema que existe es la onírica independencia de Cataluña. A la ciudadanía le importan otros problemas mayores, ya que los tiene, y gordos.
Es de esperar que con la llegada de septiembre se acaben las vacaciones de nuestros políticos y se pongan a trabajar en serio en lo que de verdad importa a los españoles, se olviden de Cataluña (dejen el problema en manos del Gobierno y del TC) y comiencen a ganarse el sueldo. No se puede perder más el tiempo, por muy ocurrente que sea el asunto catalán, y empecemos a llamar las cosas por su nombre. Los futuros votantes, que es lo único que les importa a sus señorías, se lo agradecerán.

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