Podemos anunciar la llegada del nuevo Mesías

Podemos estar equivocados. Podemos no haber visto la trascendencia de su significado. Podemos no estar de acuerdo. Pero lo que no podemos es aceptar que nos tomen el pelo. Y es que Pablo Iglesias, el líder de esta formación política, ha echado por tierra el discurso por el que se presentó a las Elecciones Europeas y ha convertido a Podemos en uno más de los ‘partidos de la casta’ a los que tanto desprecio decía confesar. Además quiere abrazar el centro político para llenarse las alforjas de los votos suficientes para, según plantea, gobernar. ¿Quién se va a creer todo esto? ¿No decía que quería una nueva forma de hacer política? ¿Qué es el centro político para Podemos? Pablo Iglesias se ha creído el Mesías y como ‘salvador de la Patria’ no quiere oír hablar de dirección colegiada del partido ni de sus otrora planteamientos extremos sobre el pago de la deuda. Es lo único que sabemos de este nuevo partido político (sí, como lo leen: partido político), uno más dentro del engranaje del Estado español. Igualmente ha conseguido con el 80% de respaldo de la militancia que no se hable de Elecciones Municipales, ya que para este nuevo Mesías es un pastel poco apetecible ante el escaso poder que atesora (no debe creer, como lo hace la mayoría de los mortales, que estas elecciones son las más cercanas al ciudadano). Él, Pablo Iglesias, sólo quiere ser presidente del Gobierno, como si este cargo lo rifaran en la tómbola.
Este es el panorama de Podemos, un modo populista de ver la política, que se cree merecedor de contar con el apoyo de los insatisfechos, los desheredados, los maltratados, los marginales, los indecisos, los hartos de tanta corrupción, de los que no pueden pagar la hipoteca… Como si estos ciudadanos con derecho a voto no tuvieran cabida en PP, PSOE, IU, CiU, PNV, UPyD, BNG, CC, ERC y el resto de partidos políticos. No hay que olvidar que él, Pablo Iglesias, como nuevo Mesías que se precie, sabe que cuenta con el don de la palabra y es más guapo, listo, inteligente y tiene un porte superior a los demás. Es el nuevo Jesucristo del siglo XXI, capaz de multiplicar los panes y los peces para que al final en 2016 todos podamos contar con un plato de comida en nuestras mesas. ¡Aleluya! Y todo esto desde el centro. Pero, ¿estos chicos no eran de barrio?