miércoles. 08.05.2024
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Opinión

El PSOE no puede ser el de siempre

El PSOE no puede ser el de siempre

Pregunta: ¿cómo será el nuevo PSOE que arranca en este congreso? Respuesta: será un Partido Socialista como siempre, defendiendo sus principios y sus valores". Lo dice Micaela Navarro, la flamante presidenta del partido. Entonces, ¿para qué sirve cambiar de líder y de cromos si las políticas a ejecutar van a ser las mismas que les han llevado al fracaso? Los principios y los valores que apunta la señora Navarro hicieron posible la destrucción de más de tres millones de empleos. ¿En qué quedamos? Ya lo apunté en anteriores artículos: la búsqueda de nuevos tiempos pide rostros nuevos y políticas nuevas, no quedarse en lo de siempre. El Partido Socialista está sumido en una de las crisis más importantes de su historia reciente, con miles y miles de simpatizantes que en las últimas elecciones (municipales, autonómicas, generales y europeas) han dejado de confiar en sus recetas. Ya no tienen los socialistas el beneplácito de los 10 millones de votantes necesarios para poder gobernar con sus políticas de centro-izquierda. El PSOE ve cómo por la izquierda se le escapan los votos hacia otras formaciones, lo que hace más necesario que aclare qué es lo que quiere para él y para España. "Un Partido Socialista como siempre" no es ninguna solución, pues para eso valía Rubalcaba.
Lo anunciado por Pedro Sánchez sobre que derogará muchas de las leyes implantadas por Rajoy no es ninguna novedad: este pronunciamiento es típico de un partido de oposición. Que buscará lo mejor para los ciudadanos que lo están pasando mal es de Perogrullo y va en el ADN socialista; otra cosa es poder lograrlo. Que mirará más por los problemas de España que por los propios de los socialistas, es de cajón ya que cuando se llega a gobernar se hace para todos no para unos cuantos. Vamos, lo mismo de siempre cuando entra un equipo nuevo: buenas palabras y mejores intenciones.
Lo que sí es de valorar, aunque se haya criticado mucho, es que a la hora de formar la Ejecutiva y el Comité Federal no haya dado excesivo juego a sus contrincantes. El que gana está en su derecho de elegir al equipo que considera más oportuno, como harían igualmente sus oponentes. Lo demás es hipocresía pura y dura. Pedro Sánchez sabe que sólo cuenta con el respaldo del 49% de la militancia pero que el 100% de la misma votará al candidato del partido en las próximas elecciones, sea quien sea. Pero unas elecciones no las gana la militancia, sino los simpatizantes y partidarios del partido, los descontentos y parte de esa izquierda que tienen prestada otras formaciones en liza. Ahora queda lo más duro: convencerles de que lo que pregona (cuando lo haga) el PSOE es posible ejecutarlo dentro de los parámetros marcados por la Unión Europea.

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