El particular Titanic de Mas

Ya queda menos de un mes para que el circo abandone la ciudad, pues en eso ha convertido el president Mas la consulta catalana del 9-N. Ahora quiere arrastrar a los demás socios de esta pantomima al ridículo de ir a votar a no se sabe dónde para, sin censo alguno, hacer ver a los catalanes que ha cumplido su palabra y que al final se ha podido elegir, que los ciudadanos han tenido la posibilidad de decidir. Trata a los ciudadanos de Cataluña como si fueran lelos: en unas horas ha hecho que el 9-N pase de ser una fecha histórica para el pueblo catalán a convertirse en una romería. Y según como vaya la fiesta, elecciones plebiscitarias con una única lista conjunta independentista contra los ‘invasores’ de la españolidad. Ya digo, desde los tiempos de Gabi, Fofo y Miliki no había visto nada igual.

Él, Mas, se cree todavía el ‘Rey de Cataluña’, cuando para seguir adelante lo que necesita es el apoyo, principalmente, de ERC, amén del resto de partidos minoritarios pro consulta. Y da por hecho las elecciones plebiscitarias, cuando desde Ezquerra le vienen avisando que si no hay un 9-N real, el auténtico, el que se puso en marcha hace diez meses, habrá que ir a unos comicios pero cada uno por su lado, sabedores los de la izquierda catalana que sería la tumba del president Mas y de CiU como coalición política. Y esto no es ciencia ficción, pues ¿quién va a votar a un candidato que ha engañado al pueblo catalán? Él solo se ha cavado su propia tumba.

Lo que está claro es que en apenas unas horas, las que van del día 13 al 14 de octubre, las cosas han vuelto a su cauce con la muerte del 9-N verdadero. Ya nadie apuesta un euro por la consulta, ni los propios independentistas. Ahora hay que esperar a que pase el tiempo y los electores, en unas elecciones democráticas, pongan a cada uno en su sitio. Cataluña es y seguirá siendo parte de la España democrática.