viernes. 29.03.2024
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Opinión

El bochorno de las televisiones negocio

El bochorno de las televisiones negocio

La noche del viernes 13 de noviembre pasará a la historia como la del mayor fiasco de las televisiones privadas en sus más de dos décadas al ‘servicio’ de los televidentes españoles. Una vergüenza para el periodismo. En plena masacre terrorista en París, los directivos de las cadenas Mediaset y AtresMedia, o en su defecto los responsables de los servicios informativos de Telecinco, Cuatro, La Sexta y Antena 3, decidían que lo que estaba ocurriendo en Francia no era lo suficientemente importante como para tenerles informados a los ciudadanos cuyo Gobierno les adjudicó en su día la concesiones para emitir en el ámbito nacional. Una vergüenza.

Uno no dejaba de asombrarse cuando tras conocerse por alertas informativas que llegaban a nuestros móviles lo que estaba sucediendo, en ninguna televisión de las denominadas generalistas se cortaba la programación al uso y se organizaban los previstos y lógicos especiales informativos para conocer de primera mano, con imágenes en directo, lo que estaba pasando. No se trataba de un simple incidente luctuoso pues se informaba desde otros medios que París estaba siendo víctima de tiroteos, secuestros y explosiones en diferentes lugares (cafés, una discoteca, en un estadio de fútbol…). Todo el mundo, no sólo los ciudadanos españoles que ven cada día esos canales de televisión, estaba pendiente de lo que sucedía en Francia. Perdón, todo el mundo menos los directivos y los responsables de informativos de Telecinco, Cuatro, La Sexta y Antena 3. Qué vergüenza.

Menos mal que nos quedaba el Canal 24 Horas de TVE y 13 TV. Amén de internet y los medios extranjeros que se podían ver por satélite, lo mismo que las emisoras de radio. A todos estos medios que cumplieron con su deber de informar, gracias por no fallarnos. En el caso vergonzoso de los dos grupos de comunicación Mediaset y AtresMedia, que sigan tan orgullosos como siempre de su cuenta de resultados, ya que por su labor informativa, de la que tanto alardean cada mes con sus datos de audiencia, lo menos que pueden hacer es esconderse, a no ser que abran una investigación interna y pidan responsabilidades por tal descrédito periodístico. Sus accionistas se lo agradecerán.

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