El ‘calendari’ catalán
El domingo pasado daba cuenta un telediario nacional sobre la reunión del Consejo de Estado para tratar sobre la Ley de Consultas catalana y en eso que apareció la imagen del expresidente Zapatero, miembro del citado organismo. Debió de ser una casualidad, pero hay que decir que gran parte de culpa de este lío en el que se ha metido el president Mas viene de la incapacidad del mandatario español al pronunciarse alegremente en su día sobre el curso que iba a correr el Estatuto catalán al asegurar que quedaría listo tal como saliera del Parlamento de Cataluña. Al final no fue así y tras la limpieza del mismo que hizo el Tribunal Constitucional, los grupos más o menos independentistas catalanes comenzaron a solicitar con fuerza un referéndum de autodeterminación con la esperanza de que llegara a buen término. Pero la figura de Zapatero se difuminó y acabó por meter al PSOE en su conjunto (PSC incluido) en una crisis con sucesivos varapalos electorales.
Ahora el panorama es bien distinto y desde el principio el presidente Rajoy ha dicho que no permitiría de ninguna de las maneras que desde Cataluña se infrinja la ley. Es entonces cuando ha comenzado a ponerse en marcha el ‘calendari’ de cara a la absurda consulta ilegal del 9 de noviembre, para lo que pretende gastarse la Generalitat la nada despreciable cifra de 9 millones de euros. Un dinero que se perderá en una pantomima que creará un grave problema en la sociedad catalana, que esperemos no llegue al desorden público, como más de uno parece pretender.
Mas se ha convertido en un trilero de la política. No hay más que ver la entrevista de este domingo concedida a la Sexta para comprobar que vive en otro mundo. Es como el mal jugador de póker al que tras pillarle en el primer farol ya nadie da un duro por su presente y, lo que es peor, por su futuro. Lo malo es que arrastrará a su partido a convertirse en comparsa de una Ezquerra Republicana que se frota las manos al acariciar el bastón de mando del Palacio de la Generalitat. Desde Unió ya están haciendo las maletas.
La sociedad catalana vive con estupor al comprobar en lo que ha quedado un partido como Convergencia en el que la larga sombra de Pujol ha acabado por devorar a su sucesor, que no para de proclamar que cree a pie juntillas todo lo que dice el entonces honorable, aunque no hay que ser muy inteligente para saber que lo que hizo en su comparecencia en el Parlamento de Cataluña es avisar a los ‘suyos’ de que el supuesto árbol convergente tiene todavía muchas manzanas por caer. Aviso a navegantes.