viernes. 26.04.2024
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¿Cómo liderar a las nuevas generaciones?

¿Cómo liderar a las nuevas generaciones?

Los jóvenes de hoy no son los jóvenes de antes, de eso no hay duda. Se mueven por valores distintos, en plazos distintos, con motivaciones distintas. Liderar a las nuevas generaciones de profesionales exige perfeccionar las habilidades directivas e implica nuevos retos en la gestión de empresas y por tanto en la gestión adecuada de personas.

Así que si el objetivo que debe guiar a cualquier buen gestor es la retención del talento, vamos a identificar cuatro habilidades imprescindibles que no pueden faltar a quien busque que los nuevos profesionales no sólo quieran trabajar en sus empresas, sino que quieran comprometerse con sus proyectos. Porque de eso se trata.

1. Comunicar con maestría

La comunicación interpersonal es sin duda la habilidad estrella, la más efectiva y la más necesaria. Y no se trata sólo de comunicar de forma clara, que en sí es algo imprescindible, sino también de ser capaz de comunicar generando confianza, motivando y ofreciendo una evaluación sincera y equilibrada del desempeño. Se acabó decir sólo lo bueno o sólo lo malo, dependiendo de la personalidad del jefe. Desmotiva tanto una cosa como otra. Lo importante, y esto no nos podemos cansar de contarlo, es que nos comuniquemos con nuestros equipos de forma que cada miembro sienta que importa, y tenga claro que aporta.

2. Ser emocionalmente inteligente

La inteligencia emocional ya no puede ser voluntaria. Los directivos de las nuevas generaciones deben ser flexibles, capaces de gestionar entornos inestables y en constante evolución. Y para esto la humildad que se cultiva con la inteligencia emocional y la confianza que genera el autoconocimiento y la aceptación, son las mejores herramientas. Eso y la escucha empática, la osadía, la confianza…

3. Promover la interdependencia

Las empresas que buscan estabilidad y resultados a largo plazo quieren buenos equipos que colaboren, que sean interdependientes. En este tipo de organizaciones el sistema de evaluación que ejercen los líderes es por trascendencia, a medio y largo plazo, centrándose en la misión y visión de la empresa, y en objetivos comunes de los que todos se siente partícipes. Esto genera una motivación interna muy poderosa en los trabajadores que están comprometidos con el proyecto porque sienten que aportan y que importan.

4. Formar equipos de líderes

Hay una frase ya algo manida en estos temas que sin embargo a mí me encanta y que se le atribuye al magnate Henry Ford: “sólo hay algo más caro que formar a las personas y que se vayan, y es no formarlas y que se queden”. Pues esto en mi opinión, cuando se refiere a formar en habilidades para el liderazgo, es lo que más te da si lo haces, y lo que más te quita si no. De hecho, el mejor líder es aquel capaz de generar líderes a su alrededor contagiados de su visión y compromiso. ¿Se puede soñar una organización mejor que esa? Planificar la formación de los líderes que dirigirán tu empresa es una inversión de futuro. Y funciona.