Carta a mi lector
Querido lector o lectora:
Permíteme por favor que me dirija a ti de manera directa, tuteándote, lejos de los convencionalismos aceptados; al fin y al cabo ya hemos contactado a través de mis modestas aportaciones en algunas ocasiones. Cuánto me gustaría charlar contigo y cambiar impresiones sobre estas cosas que escribo por aquí.
Como sé que me dedicas tu atención a tiempo parcial (es lo que hay), porque me tienes que compatibilizar con miles y miles de otras lecturas que te llegan por infinidad de caminos diferentes, sé que me corresponderá de ti solo una parte alícuota, como decía González. Es decir, si juntamos todas las porciones de lector que me frecuentan, sería equivalente a arrogarme uno o ninguno para mí, más o menos. Y es que, tal y como están las cosas, con tanta diversidad en las ofertas culturales e informativas, hay que buscar los 'clientes' o posibles lectores al por menor.
No ocurría así en otros tiempos, en los que se ejercían actividades muy diversas desde una mentalidad de cierta holgura. Sirva como ejemplo el caso de mi abuelo, que fue patrón de pesca desde muy joven, casi toda su vida profesional. Ya en su vejez, fuera de la mar, deambulaba de una taberna a otra, mareado por la solidez del suelo que pisaba y por los trastornos de su arteriosclerosis. Le veía tan desolado, que en más de una ocasión le pregunté por qué no se iba al Muelle a pescar, como hacían otros jubilados. Él, indefectiblemente me contestaba con un resoplido: "¡Hombre, se habrá visto una tontería más grande: coger los pescaos uno a uno!".
Y esa dificultad de captarte así, lector amigo, uno a uno, es la misma que tienen pintores, cantantes, actores, músicos..., y quienquiera que desarrolle actividades culturales o artísticas. Hay 'escribidores' hasta 'pa echarles a los cochinos', que diría mi abuela.
Por eso, me emociona tu fidelidad y la comprobación de que me dedicas tu tiempo. Cuando me llega tu eco, me maravilla ver cómo entre los millones de personas que escribimos, has elegido mis líneas, y además me las comentas de vez en cuando; por lo que siempre te estaré agradecido.