domingo. 05.05.2024
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Opinión

Tras el debate

Sí, vamos a reconocerlo, era cierto que existían muchas dudas entre algunos socialistas con respecto al liderazgo de Pedro Sánchez. Algunos acontecimientos recientes producidos en PSM y el camino emprendido para la búsqueda de un nuevo candidato a la Comunidad de Madrid, habían enrarecido aún más el ambiente, en un período en el que los andaluces, el próximo 22 M, tendremos que decidir nuestro futuro. Nada ayudaba, por tanto, a que el debate del Estado de la Nación se encarara, por parte del líder socialista, con excesivo optimismo. Sin embargo, los acontecimientos vinieron a quitar la razón a los militantes que no veían en Pedro Sánchez ningún futuro y a disipar las dudas de los ciudadanos Pedro-excépticos. En estos días, los diferentes medios de comunicación sacan a la luz las encuestas producidas tras el debate. Todos ellos, menos uno, La Razón por supuesto, dan como ganador del cara a cara entre Rajoy y Sánchez, a este último, destacando su oratoria y argumentos demoledores. Por otro lado, existen pocas dudas de que el Presidente del Gobierno dio la peor versión de sí mismo, que ya es difícil, y que perdió claramente el debate, dando evidentes muestras durante su intervención de vivir en una realidad paralela a la nuestra, al parecer, mucho mejor que la nuestra, tras escuchar su exposición llena de datos y cifras que solo él, sus ministros y su partido se creían. Habló de paro, que ha crecido mucho desde que es Presidente, diciendo que estaba creando empleo. Habló de su constante lucha desde el gobierno por defender nuestro Estado de Bienestar, cuando ha retirado ayudas a la Dependencia, eliminado becas, subido tasas universitarias, recortado 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación, implantado el copago sanitario para pensionistas, privatizado la sanidad pública, eliminado prestaciones sociales a los parados y familias sin ingresos. Pero si algo se nos ha quedado grabado a los andaluces y andaluzas es que Rajoy utilizó la tribuna del Congreso para atacar a Andalucía, creyendo que de esa forma tapaba sus propias vergüenzas. Con respecto a nuestra tierra no anunció ningún Plan de Empleo, como si hizo en su día en Extremadura, no habló de rebajar las peonadas a los jornaleros y jornaleras que no pueden acceder al subsidio agrario, no aportó nada nuevo en cuanto a la reforma que se pide desde Andalucía de la financiación autonómica, ni de la retirada de los recursos que ha presentado contra leyes andaluzas, como la de la subasta de medicamentos o la ley antidesahucios, ni, por supuesto, dijo nada de aportar los 300 millones de euros recortados en Dependencia a miles de dependientes andaluces. Rajoy mintió desde la tribuna del Parlamento y nos quiso hacer ver una España inexistente donde todo transcurre con normalidad, sin problemas y por la senda correcta. Y claro, escuchar a Rajoy hablar de educación es como para echarse a reír cuando todos sabemos a estas alturas que él cree en la educación solo para los que se la puedan pagar, frenando la igualdad de oportunidades que se había convertido en un derecho con gobiernos de izquierda. Si además habla de educación diciendo que si Andalucía hubiera hecho lo mismo que su gobierno otro gallo nos cantaría es no saber que el gobierno andaluz ha mantenido para un millón de alumnos la gratuidad de sus libros de texto, el transporte escolar a 99.000 estudiantes y el servicio de comedor a 180.000 alumnos. En Andalucía el presupuesto de educación ha subido 2,5 puntos en 2015, en 2014 se invirtieron 180 millones en mejoras de centros educativos y mantiene más becas que en ninguna otra Comunidad. Por otro lado hay algo muy claro en Andalucía, los socialistas vamos a mantener un sistema sanitario público, universal y gratuito. Estaremos en contra de todo aquél que pretenda mermar el sector público sanitario para alimentar al sector privado. Así que lo dicho, Rajoy mintió y de paso atacó a Andalucía. El sabrá. El próximo 22 M, los andaluces le darán la oportuna respuesta.

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