Reflexiones

No es bueno ir a la carrera, sin reflexionar la mayoría de las veces, dejando en algunos casos que otros nos marquen el camino, eso es lo cómodo, sin pensar a dónde nos llevan. A algunos les importa tan solo el "hoy", olvidando que el "mañana" es lo que vale, anteponiendo siempre el "yo" al "nosotros", preocupándose más por los intereses individuales que por los colectivos. La justicia social, sí, eso de lo que todo el mundo habla pero que pocos practican y que cada día que pasa percibimos menos, la igualdad, la real, no la de boquilla, la solidaridad, que brilla por su ausencia cada vez más en nuestra sociedad, la honradez, la de verdad, la ejemplaridad, que tanto echamos de menos en estos últimos años, actitudes y compromisos personales que serían fundamentales para recuperar la confianza ciudadana perdida en estos años. Los tres candidatos socialistas a la Secretaria General pueden, y deben, producir un cambio radical en el caminar del partido. Cada uno de ellos se ha posicionado sobre los asuntos que hoy preocupan, y ocupan, a la mayoría ciudadana, y proponen medidas para volver al camino que nunca debimos abandonar, el de estar siempre al lado de los que más no necesitan, que no ha sido nunca la monarquía, la banca o los pactos con la derecha bajo la excusa de preservar el orden constitucional. Lo que no es razonable es que cuando la militancia va a elegir al Secretario General del PSOE con su voto directo, por primera vez en nuestra historia democrática, aparezcan dudas, sospechas o descalificaciones, entre los partidarios de unos y otros, deslegitimando los avales o tratando de emborronar un proceso que a todos nos ha ilusionado. Somos muchos los que creemos, de verdad, en el voto libre y secreto, y que nadie vota por nadie. Un militante, un voto, y eso es tan claro que me parece hasta ofensivo que algunos compañeros y compañeras hablen de presiones del "aparato" para inclinar la balanza hacia un determinado candidato. Como militante no he recibido ninguna presión para avalar a ninguno de los tres. He avalado a quién he creído que puede llevar al partido a recuperar su credibilidad y no he influido en otros compañeros para que avalen al que yo avalé. Además ahora que está de moda eso del "aparato" debo decir que me siento "aparato" porque llevo más de 37 años trabajando por mis ideales socialistas, haciendo el "puerta a puerta" y pegando carteles desde las primeras elecciones democráticas. Soy "aparato" porque defiendo mis ideas con pasión, pero con razón, y me siento parte de una gran familia, la socialista, a pesar de que en nuestro caminar haya habido "garbanzos negros" que empañaron nuestra trayectoria. Somos muchos más los que creemos que cualquiera de los tres compañeros que se han presentado a la Secretaría General, tienen fuerza y empuje para desempeñar esa dura tarea en unos momentos especialmente críticos con nuestro partido. No descalifico a ninguno. Me da igual quién o quiénes hayan avalado a unos o a otros. Escucharé sus propuestas y elegiré libremente el próximo domingo 13 de julio a uno de ellos. Y para que no queden dudas debo decir también que nunca he sido miembro de las distintas Ejecutivas Provinciales pero, al mismo tiempo, siempre me sentí uno más de ellos porque era la Ejecutiva elegida democráticamente por los socialistas. Por eso digo que soy del "aparato", entendido como un conjunto de socialistas que interactúan para realizar políticas socialistas. Soy un socialista de a pié, de calle, de pueblo, y como yo hay muchos más entre los más de 200.000 militantes de nuestro partido. El día 13 iremos a depositar el voto convencido de que el compañero que salga elegido será el revulsivo que necesita nuestro partido. Lo haremos libremente, sin que nadie nos diga, ni nos marque, el sentido del voto, sabiendo, además, que todos los votos tendrán el mismo valor, independientemente del lugar en el que se deposite.