QUO VADIS

Suelo hablar frecuentemente con mis vecinos y vecinas de lo humano y hasta de lo divino. La situación del pueblo, del país, los casos de corrupción, el paro, los salarios, la dependencia, la falta de ayudas sociales, etc, son temas recurrentes en cualquier tertulia en bares o plazas de nuestros pueblos y ciudades. El pesimismo nos invade, la desconfianza crece a pasos agigantados y las promesas de nuestros políticos caen en sacos rotos y son tratadas con absoluto desprecio social. El resumen de todo queda recogido en un par de frases que me dijo el otro día, una persona con 75 años a sus espaldas y duro trabajo en el campo: “no hay derecho”, “son unos sinvergüenzas”. La falta credibilidad política, la desconfianza en las instituciones, el desanimo social, se ha instalado entre la ciudadanía y no tiene visos de ser algo pasajero. ¿Cómo es posible que tantos años de esfuerzo y trabajo para conseguir traer a nuestro país la democracia, tras medio siglo de oscurantismo y dictadura, se hayan esfumado de la noche a la mañana? ¿Cómo es posible que personas con altas responsabilidades, de todos los partidos e instituciones del Estado, se hayan llevado los millones que se han llevado para sus bolsillos sin que nadie se diera cuenta? ¿Cómo es posible que señores que ha robado y con cuentas en bancos suizos con informes policiales que lo demuestran, no hayan sido juzgados, y por tanto condenados por sus tropelías? ¿Qué ejemplo se transmite a la ciudadanía cuando comprueban que personajes de alto copete, pero de baja estopa, en vez de estar a la “sombra” purgando sus delitos, algunos con varios a sus espaldas, se pasean alegremente por tertulias televisivas lanzando proclamas de su inocencia? ¿Es soportable que dirigentes políticos hagan un recorrido por platós alegando que no sabían nada sobre personas que ellos mismos nombraron y mantuvieron en sus poltronas a pesar de todos los datos que les llegaban sobre sus fechorías? Y la vida sigue sin que nadie dimita ni devuelva los millones robados como si aquí no pasara nada. Mientras, la ciudadanía sigue con sus problemas de paro, de falta de recursos, con más necesidades de ayuda cada día que pasa, y cumpliendo cada uno como puede con sus obligaciones con Hacienda, Seguridad Social, impuestos, IVA…..Hoy la realidad demuestra que muchas familias sobreviven gracias a los abuelos, y que estos, cuando creían que la vida les iba a recompensar por lo  sufrido, están comprobando en sus carnes que no, que otra vez toca sufrir y echarse a las espaldas la penosa situación a las que nos han llevado todos los desalmados que decían trabajar por el interés general. Ante este panorama somos muchos los que no  vamos a bajar los brazos ni vamos a caer  en  el  error  de abandonar las trincheras para luchar contra la derecha y su  estado de “no derecho”. Es más, es ahora cuando más tenemos que empujar para echar a este gobierno de sus sillones, limpiando con agua y lejía toda la podredumbre que han vertido en estos años de gobierno. Hay que seguir luchando y trabajando por lo público erradicando de todos los partidos a los sinvergüenzas que vinieron a ellos a llenarse los bolsillos.