viernes. 03.05.2024
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Opinión

Medallas y demás prebendas

Medallas y demás prebendas

En estos días se está poniendo muy de moda lo de devolver medallas y galardones. Jordi Pujol, sin ir más lejos, debe estar muy atareado en su retiro acopiando todo tipo de reconocimientos para remitirlos de vuelta a los "concesionarios". El pobre, de espíritu por supuesto, ya ha enviado, no sabemos si por correo a porte debido, la medalla de oro de la ciudad de Barcelona por lo que recomendaría a sus responsables que la revisaran no fuera a ser que le haya pegado el cambiazo. Pronto también, por lo que a nuestra provincia atañe, deberá renunciar a seguir siendo "Hijo Adoptivo de Cartaya", por lo que, de seguro, se convertirá en un paria, y las "Llaves de la ciudad de Lepe" que las tenía en propiedad. Quedan por conocer los méritos que llevaron a los responsables de entonces de estos dos municipios a distinguir con semejantes reconocimientos a tan preclaro defensor de lo andaluz. Lo que la ciudadanía quiere es que este político, lo de ex vamos a dejarlo aparcado, devuelva a las arcas públicas los millones presuntamente recibidos por él y su familia en comisiones y chanchullos varios durante su etapa como "Molto Honorable President" y que ingrese en prisión efectiva si se llegase a demostrar todo el entramado de Cosa Nostra creado. No sabemos si el Ex Consejero de Hacienda de la Junta entre 1984 y 1990, Ángel Ojeda, recibió también, además de ingentes cantidades de dinero para enseñar a desempleados a inflar un globo con el gas de un refresco, alguna que otra llave, medalla o reconocimiento de alguna localidad de su entorno, pero si se demostrase que este señor ha cometido los delitos de fraude, malversación y falsedad de los que se le acusa, la justicia debería conseguir recuperar todo el dinero recibido y destinarlo, de verdad, a paliar la situación de los miles de desempleados de la provincia gaditana, además de que la cárcel debería ser su alojamiento durante muchos años. Creo que recojo el sentir de muchos socialistas cuando digo que nos avergonzamos de que hechos de esta calaña los hayan cometido altos cargos disfrazados con nuestras siglas. Disfrazados, digo, porque estas personas nunca fueron socialistas cuando actuaron, presuntamente, con esas aviesas intenciones. No puede ser socialista alguien que destina los fondos público que recibe a engordar su patrimonio mientras desaprovecha impartir formación a personas desempleadas para que puedan volver a encontrar un trabajo. Ni puede ser socialista un ex alto cargo que se dedica a crear empresa tras empresa para su utilización fraudulenta. ¿Cómo es posible que esto haya ocurrido durante tantos, tantos años, sin que saltaran las alarmas? ¿Cómo es posible? En esto no caben los paños calientes, ni las componendas. El partido debe hacer limpia, de verdad, sin dilación, y echar a estos personajes y denunciar sus chanchullos. Ya lo ha dicho la Presidenta de la Junta, "los que tengan recursos en paraísos fiscales no caben en el PSOE", pero debería añadirse que tampoco caben situaciones de pertenencia a consejos de administración de multinacionales y luego querer impartir doctrina desde un atril. Somos muchos los que estamos asqueados con estas situaciones y la ejemplaridad debe ser inmediata, transparente y efectiva. Limpiemos, saneemos, regeneremos nuestra casa y la ciudadanía volverá a confiar en nosotros porque sabe que el PSOE trajo a nuestro país tras años de dictadura la libertad, los derechos sociales y las prestaciones públicas. Este país necesita a un PSOE fuerte, sin rincones oscuros, y unos dirigentes a los que no les tiemble el pulso en la defensa de la justicia y la equidad. Sigo confiando en Susana Díaz y Pedro Sánchez, pero el camino se demuestra andando, y es hora de dar un puñetazo en la mesa y decir que hasta aquí hemos llegado.

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