jueves. 25.04.2024
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Cuéntame

Cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños. Estamos en época de cuentos, de mentiras, de medias verdades, en las que algunos políticos quieren hacernos tragar ruedas de molino. Dicen, y es cierto, que las mentiras tienen las patas muy cortas, pero algunos se empeñan en alargarlas para confundir al personal con tal de enmarañar el asunto y, con ello, desviar todo lo posible la atención hasta que se calmen las aguas. Estamos en una época de indecencia, de desvergüenza, en la que la verdad demostrable, se trata de desmontar con papeles, o fotocopias, que no dicen nada, ni aclaran nada. Estamos atravesando un período de puro sainete o tragedia, que para los dos hay, en las que políticos que fueron, y ya no son, se inventan exámenes de candidatos a las alcaldías, a los que se aleccionan convenientemente durante días para que en el momento de la entrevista contesten mecánicamente a cuestiones que previamente conocían. Estamos hartos de personajes que están en política diciendo que ellos tienen para comer y su futuro resuelto, pero que se aferran al cargo como si les fuera la vida en ello. Algunos incluso han llegado a decir que no tienen parabólica en su casa, mientras realizaba viajes costeados por todos los españoles a ver a su novia y los que ella hacía los abonaba el mismo con su VISA, revistiéndose, además, de una bandera para decir que los ataques a su persona son ataques también a su tierra. Es época de chalaneo, de componendas administrativas, para que salgan de la cárcel políticos corruptos, de defensa a ultranza de personas que han actuado sin decencia alguna, con tal de salvar el gobierno de una Comunidad, de pasividad absoluta ante situaciones  vergonzosas que están convirtiendo en cotidiano el que aparezcan  casos y casos de presunta corrupción o malversación de fondos públicos y no pase nada y, por supuesto, sin que nadie dimita. Uno observa el listón de otros países europeos en casos parecidos y la conclusión que saco, y conmigo muchos ciudadanos, es que no tenemos vergüenza. Así de claro. Y mientras todo esto sucede, nuestro Presidente, se marcha a Australia a dar una palmadita en el hombro a Obama, para que este le salude y sea recogido por las cámaras ese momento sublime, y hablar, desde las Antípodas, sobre lo que pasa en suelo español durante su mandato. Aquí es mejor no hablar, para eso ya están los Marhuenda y compañía, que digo yo que este personaje no debe descansar mucho, puesto que recorre todos los platós, a todas las horas del día, con un único mensaje, el de que Rajoy es, ha sido y será, el mejor Presidente de España desde el Cid Campeador. Uno que ya ha vivido algo no sale de su asombro ante tanta pasividad e indiferencia por parte de unas personas que tienen la enorme responsabilidad de gestionar un país y que no se les caiga la cara de vergüenza ante hechos tan claros que dejan en evidencia todas esas “tonterías” de regeneración democrática que suelen vendernos cuando realizan las ruedas de prensa. La única regeneración que conozco es que cuando un señor viaje para reunirse con su novia a costa del dinero público, ese señor sea despojado de sus poderes institucionales, expulsado del partido y apartado de la vida pública. Lo demás, no cuela, no es válido y es antidemocrático. Pero si creen que todo esto es un viaje a alguna parte, se equivocan. Aquí, en la España de hoy, el único viaje posible es el de la honestidad, el de la higiene democrática, el de la limpieza de políticos corruptos y para eso hacen falta decisiones políticas y judiciales rápidas y eficaces. Nada de eso tenemos y así nos va. Cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños.

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