domingo. 05.05.2024
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Opinión

¿Casa Real o Caso Real?

Transcurrida la Navidad aún hay personas que siguen contando cuentos de princesas. Uno muy de actualidad nos habla de una infanta real que no tenía ni idea de las actividades de su marido.

No se enteraba, la pobre, de dónde venían los cuantiosos ingresos que engrosaban sus cuentas personales ni qué pasaba en la empresa de la que era copropietaria junto a su marido al 50%. El "cuento" insiste en desvincular a esta infanta de los presuntos chanchullos que durante años su marido venía cocinando junto a su socio al pairo de administraciones públicas que ahora dicen que esta historia no va con ellos. Ella, la infanta, viajaba, vestía, compraba, volvía a viajar, aprendía bailes, comía y volvía a viajar, sin preguntar en ningún caso de dónde salía la "pasta" que costeaba su espléndido ritmo de vida.

Tres años después del inicio de este cuento, en el que han declarado 308 testigos, se han sucedido tres comisiones rogatorias, en Luxemburgo, Andorra y Suiza, doce atestados policiales, veintisiete informes de la Agencia Tributaria y 5 más de la Intervención General de la Administración del Estado, el juez que ha venido a poner coto a este "cuento" decide imputar a esta "ignorante" hija de la realeza por delito fiscal y blanqueo porque no es creíble, ni posible, que no estuviera al tanto de las presuntas fechorías de su marido y que no vale hacerse la "tonta" o mirar para otro lado. El Jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, pidió que se cerrase la fase de instrucción porque esta estaba suponiendo un "martirio" para toda la familia.

Le diría a este señor que hablar de martirio por estos hechos, que cada día que pasa se demuestran más evidentes, es insultar a la ciudadanía, porque un martirio es que cada día haya más gente en el paro y sin ingresos, o que echen a una familia de su casa por no poder pagar su hipoteca. Y un martirio es también saber que familiares del Rey han utilizado su privilegiada posición para enriquecerse fraudulentamente, supuestamente, y que aún sigan paseando al perro por Ginebra todas las tardes. El Rey dijo en su discurso de Navidad del año 2012 que la Justicia debería ser igual para todos, no se lo que dijo en el de 2013 porque no me interesó verlo, pero por la actitud del Fiscal del caso Undargarín, que pide insistentemente desvincular a la infanta de las presuntas tropelías de su marido, y la tardanza en la instrucción, queda claro que eso de que todos somos iguales ante la Justicia es otro cuento muy manido que ya no se cree nadie. Hace unos días, de nuevo, el Jefe de la Casa Real, refiriéndose a la decisión del instructor de imputar a la Infanta, expresa su respeto por la decisiónes judiciales, no haciendo comentario alguno sobre si el martirio seguía, se incrementaba o disminuía. En el acto institucional con motivo de la Pascua Militar, el Rey dió una imagen triste y volvió a hablar de lo que era mejor para todos nosotros. Como ciudadano deduzco que si el Rey no es capaz de poner orden en su Casa, cómo nos va a decir qué debemos hacer para mejorar la situación de nuestro país. Por estos hechos, y otros que ahora no vienen a cuento, en las últimas encuestas el rechazo a la monarquía es cada vez mayor, aumentando también el porcentaje de personas que piden que el Rey abdique.

El juez Castro lo va a tener muy dificil, muy dificil. Le van a llover las críticas y palos por su decisión, para la cual ha tenido que elaborar lo que el denomina un "tratado de derecho penal", con 227 páginas para argumentar e intentar desmontar la opinión que el fiscal defiende para no vincular a la infanta. También dice el juez en su Auto que la imputación de la infanta no ataca los "cimientos del Estado", ya que para él es un "deber inexcusable" y un "acto obligado" dicha imputación. Sabemos que la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado se oponen, cómo no, a esta imputación. Somos muchos los que creemos que lo que verdaderamente ataca y destruye el Estado de Derecho, es que haya ciudadanos, y la infanta y su marido lo son, que crean que están al margen de las leyes y de la acción de la justicia. Ni Casa Real, ni nada de nada, la Justicia igual para todos, pero sin discursos, con hechos.

Esta imputación era una necesidad y no había derecho a que aún no se hubiese producido. ¿Le pasará a este juez lo mismo que le ha pasado a otros que se atrevieron a investigar hechos en los que estaban implicados "figuras" económicas y políticas de nuestro país? Lo último que conocemos es que los abogados de la infanta han decidido no recurrir la imputación y que esta va a declarar ante el magistrado negando los hechos por que es "una mujer enamorada" y, como sabemos, el amor no entiende de números. Todo un vodevil en el que lo único que importa es salvar a la infanta para que quede limpia de "polvo y paja". Confiemos en que no, en que de una vez, y por todas, la Justicia empiece por casa, aunque esta sea una Casa Real.

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