sábado. 04.05.2024
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Opinión

Homenaje

Soy de esa generación que conoció a Suárez por los libros, como un personaje lejano en el tiempo. Siempre utilicé el pretérito indefinido para referirme a él, produciéndose una especie de desfase temporal cuando lo mencionaba con otras generaciones, que usaban el imperfecto. Para ellos era alguien pròximo, para mi una figura clave del pasado que nos dejo en herencia nuestro estado democrático. Un auténtico héroe teniendo en cuenta la etapa oscura que le precedió.
Yo no puedo contar anécdotas de Adolfo Suárez, ni puedo basarme en apreciaciones personales de su gestión política, incluso algunos se atreverían a decir que es una osadía por mi parte dedicarle unas líneas a alguien que conozco por referencias, pero sí que puedo sentir admiración, como siento por algunas personas que han escrito las páginas de nuestra historia. Y es que me acostumbraron a indagar en el pasado para que entendiera mejor el presente, y a lo largo de mi vida he encontrando muchas respuestas en el ayer que me han aclarado el hoy.
Aunque en este caso en concreto poco me aporta mirar a la transición, la sensación que me queda es de auténtica involución. Ahora también vivimos en una profunda crisis, diferente, pero en una crisis en la que se necesita diálogo y consenso, precisamente los términos que se le atribuyen para elogiar la figura del expresidente, y que nuestros dirigentes -de un lado y de otro- son incapaces de conseguir, corrompidos por la necesidad de poder absoluto.
El hoy nuestro es de luto, de banderas a media asta, de desfile de negro, de palabras de engrandecimiento, de aeropuertos que llevarán el nombre del Suárez, de calles, de plazas, de bulevares... Es momento de foto, de plenos extraordinarios, de medallas, de atribuciones ridículas por haber tenido la ocurrencia de dedicarle un gesto póstumo. Es tiempo de homenaje... cuando realmente el mejor homenaje que se le podría dar a un hombre del talante político de Adolfo Suárez es devolver a los españoles la democracia participativa y al servicio de la ciudadanía por la que él tanto luchó. Ese es el auténtico homenaje. Más acción y menos postureo.

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