miércoles. 15.05.2024
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Opinión

Policias contra Bomberos

De pequeños jugábamos a policías contra ladrones. Ganaban los “polis”, claro. De mayores, los enfrentamientos siguen, pero ya no como juego. Vencen los mismos, generalmente, como debe ser. Ahora hay que sumar un nuevo choque: policías contra bomberos. Ha ocurrido en Madrid. El pasado miércoles, día 15, en el transcurso de una manifestación de apoyo a los vecinos del barrio burgalés de Gamonal, un miembro del Cuerpo de Bomberos, actuando para sofocar un fuego provocado por los manifestantes, fue requerido por un policía a que recogiese rápidamente para ir en ayuda de compañeros que estaban siendo agredidos. “¡No me pise la manguera!”, dicen que dijo el bombero al subinspector de la Unidad de Intervención Policial (UIP, los famosos antidisturbios) que le apremió. Este le pidió que se identificara, y fue cuando apareció otro bombero y propinó un cabezazo al agente.Y se lió. Pero no solo porque fuera detenido el bombero y no quedase en libertad hasta 24 horas después. Es que, además, estalló la guerra entre el ayuntamiento y la delegación del Gobierno, organismos encabezados respectivamente por Ana Botella y Cristina Cifuentes. “Cuando se produce una agresión a un policía, venga de quien venga, la consecuencia debe ser la misma”, manifestó la delegada del Gobierno. Por su parte, la alcaldesa y esposa de José María Aznar (¿o el orden no es el correcto?), dio, con el verbo fluido que los madrileños, y no madrileños, conocemos, todo su apoyo “a cualquier trabajador público que, en acto de servicio, tenga un incidente” como el ocurrido.

Las disputas entre policías y bomberos en Estados Unidos dicen que es algo más que ficción. Inclusó llegó a proclamarse que esa rivalidad dificultó la ayuda a las víctimas en los atentados del 11-S. En España, al menos en Madrid, no es tan notoria, aunque en estos días se ha recordado la “tensión” existente entre los dos cuerpos cuando tienen que actuar a la vez. Aquí el enfrentamiento se produce más arriba. Unas veces ha sido, y es, entre el ayuntamiento y la comunidad (son conocidos los rifirrafes entre Gallardón y Esperanza Aguirre); otras, como ahora, entre el ayuntamiento y la delegación del Gobierno; rizando el rizo, entre la comunidad y el Gobierno central, sobre todo a propósito del complejo de ocio y casinos de “Eurovegas” que se iba a instalar en Alcorcón.

Hace años, cuando en la Comunidad de Madrid gobernaba la derecha y en el Gobierno lo hacía la izquierda, se hablaba de la difícil cohabitación que se esperaba. Pues lo sería, pero hasta cierto punto lógico. Ahora, gobernando la derecha aquí, allá y acullá, suena más raro todo lo que pasa. No porque pase, sino por cómo se airea. Claro que si por medio están Ignacio González, presidente de la Comunidad, o Ana Botella, todo puede pasar.

¿Ana Botella he dicho? ¡Cuidado, que viene Fitur!

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