viernes. 29.03.2024
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Opinión

Hay una carta para usted...

Hay una carta para usted...

...Señor presidente del Gobierno de España. La remite Médicos Sin Fronteras y, aunque no he tenido acceso al sobre para verificar la fecha del matasellos, todas las informaciones apuntan al 9 de septiembre pasado, casi un mes después de la muerte del misionero español Miguel Pajares por el virus del ébola (falleció el 12 de agosto). Y ¿qué dice la carta? Lo que el sentido común corrobora: que la única manera efectiva de luchar contra esta epidemia e intentar que no se propague (más, Mali se ha unido a los países que no están libres del ébola) es hacerlo donde está el foco, en África Occidental (Sierra Leona, Liberia, Guinea Conakry...). Bueno, pues el sentido común (expresión usada hasta la saciedad por el destinatario de la carta de marras cuando intenta hacer ver que su Gobierno lo tiene bien presente, cosa que otros no), a lo que se ve, no lo pone en práctica.

Médicos Sin Fronteras, uno de cuyos miembros se ha convertido hace unas horas en la primera persona contagiada de ébola en Nueva York -seis días después de regresar de Guinea Conakry, donde ha estado en contacto con enfermos del virus-, se siente desbordado para hacer frente a la epidemia y pide ayuda al Gobierno español. La misiva, además de a Mariano Rajoy, ha sido enviada a la “superwoman” del Gabinete, Soraya Sáenz de Santamaría, y a los titulares de los ministerios de Exteriores, Defensa, Fomento y, por supuesto, Sanidad, donde sigue ¿mandando? Ana Mato. Por eso, el auxilio que reclama se centra en tres frentes: un puente aéreo destinado al transporte de personal y material a la zona; la agilización de las evacuaciones médicas de los trabajadores humanitarios que puedan contagiarse, incluso recurriendo a las Fuerzas Armadas; y una implicación del Ejecutivo español en la respuesta internacional a la epidemia y su integración en el Plan de Respuesta elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Mes y medio después de esas peticiones, Rajoy sigue callado, seguramente mirándose el ombligo por el fantástico trabajo realizado por los sanitarios del Carlos III, de Madrid, que han curado a Teresa Romero. ¿A qué espera para contestar, afirmativamente a todas ellas, por supuesto? ¿Le parecen ocurrencias? (otra de su palabra favorita, si de lo que se trata es de desacreditar cualquier propuesta, comentario u opinión que venga del contrario). Ocurrencias son mantener en su puesto a la señora Mato, pese a su falta de calidad visto lo visto para estar al frente de un ministerio de tal importancia. Ocurrencias son no haber fulminado políticamente al minuto de decir lo que dijo, y por quien corresponda, al consejero de Sanidad del Gobierno madrileño, Javier Rodríguez. Ocurrencias son todos los recortes habidos y por haber en la Sanidad española.

Cuando los infectados llegan casi a los 10.000, y los muertos, muy próximos a los 5.000, la terrible ocurrencia es no haberse embarcado ya en el control del virus en la zona donde se produce. Y ocurrencia es no haber contestado a la carta un mes y medio después de su recepción.

Además de una falta de educación.

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