sábado. 04.05.2024
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Opinión

'Fast and Furious'

Cuando me pongo ante el ordenador, no han pasado ni 24 horas del incidente que protagonizó Esperanza Aguirre en el centro de Madrid y ya circulan por las redes sociales numerosos comentarios y fotomontajes (lo que se llama memes) referidos a su hazaña. Entre otros, la vemos con su melena rubia ocupando el lugar de Paul Walker en 'Fast and Furious 6'. Llegado el caso, intuyo que estaría más que sobrada en ese papel.

Vamos con los hechos. Seguro que a ninguno de los que nos reunimos en torno a este punto de encuentro que es diariodehuelva.es se nos ocurriría darnos a la fuga y arrollar a la moto del agente de la autoridad mientras éste toma nota de cuanto haya que tomar después haber cometido una infracción de tráfico. Como mucho, lo pensaríamos. Pero llevarlo a la práctica... Y si fuésemos tan osados como para ir más allá del pensamiento, no llegaríamos muy lejos.

Bueno, eso es porque ninguno somos Esperanza Aguirre. Ni tertulianos de 13TV. Ni director de La Razón.

La presidenta del PP de Madrid, y ex presidenta de esta Comunidad, no ha tenido el menor reparo en hacerlo. Y, luego, ir a contarlo a las 'teles' y a las radios, y echarle la culpa a quien le estaba multando por: a) entretenerse demasiado con el papeleo y "retenerla" para que "siete agentes se hicieran la foto" con ella; b) dejar aparcada "malísimamente" la moto, de ahí que se la llevara por delante; c) practicar "mentiras, prepotencia y machismo".

"Manda ...", que hubiera dicho Federico Trillo en sus tiempos de presidente del Congreso.

Y luego se extrañarán que haya movimientos de indignados, cabreados, irritados, enfadados, enojados, furiosos, hartos... contra quienes deberían dar ejemplo. Todos nuestros políticos no son iguales, y mal está que generalicemos y metamos a todos en el mismo saco. Pero es que 'los malos' se hacen notar demasiado. Cuando ellos deberían ser los primeros en: a) salvaguardar las libertades tan arduamente conseguidas; b) cumplir -y no sólo hacer cumplir- las mínimas reglas de urbanidad y las leyes que ellos mismos generan.

Dan más que motivos para salir a la calle y manifestarse contra ellos. Rodear lo que haya que rodear. Hacer escraches. Abuchearles. No votarles (pero sí ir a las urmas y dar nuestro apoyo a los que todavía son decentes, políticamente hablando).

¡Ah!, y para quien piense -a lo peor, la propia Aguirre- que los agentes de movilidad son exclusivamente controladores de las zonas de regulación de aparcamiento, que vaya desterrando esa idea. Son agentes de la autoridad. Es verdad que sólo mientras están de servicio, al contrario que los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que siempre lo son. Pero como tales hay que tratarlos, y si no se cumplen sus órdenes, se incurre en delito.

Claro que, ¿incurrir en delito Esperanza Aguirre? Nunca. Lo próximo que piensa hacer es consultar con sus abogados por si estuvo retenida ilegalmente.

Por cierto, de haber sido el infractor una persona normal y corriente, y no otra de la categoría de la presidenta del PP madrileño, ¿habría llegado a su casa?

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