En su día estuvo muy cerca de hacerse con el control del Recreativo. De hecho, puso el aval de 200.000 euros que permitió al Decano salir a competir en Segunda B, se reunió con dirigentes y técnicos albiazules, e incluso perfiló su equipo técnico para el club: Luna Eslava (director deportivo) y Rafa Berges (entrenador). Pero sus buenas relaciones con los políticos se torcieron y Jesús León terminó comprando el Córdoba.

Ahora no puede sentarse en el palco del Nuevo Arcángel, ni de cualquier otro estadio, tras ser castigado con cuatro partidos de sanción por la Juez Único del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol. ¿El motivo? "Producirse de manera violenta leve contra un árbitro", durante un confuso incidente producido en el túnel de vestuarios del Nuevo Mirador, a la finalización del Algeciras-Córdoba.

Intento de agresión

El colegiado de aquel encuentro, el extremeño García Gómez, escribió en el acta que León le dio "con su mano repetidas veces en mi nuca" y que "intentó agredir al delegado de campo". En las alegaciones presentadas por el Córdoba, que han sido desestimadas, se niega la agresión, aunque se admite que el presidente se había dirigido al trencilla con expresiones como "te has cagado" o "cómo se nota que eres de Badajoz".