Se llama José Carlos Mélida y ha vivido una situación rocambolesca. Desde que su hijo naciera en 2003 con autismo se ha desvivido por intentar buscar una solución al trastorno que padece, tanto es así que a veces ha caído en la cantinela de los productos milagro en busca de una esperanza. El problema ha venido cuando esa esperanza pasaba por un producto derivado de la lejía, potencialmente peligroso y prohibido por la Agencia Española del Medicamento desde el año 2010. Eso ocurrió en Huelva, en pleno año 2017 y hoy como cabría esperar, el hijo de José Carlos Mélida sigue padeciendo este trastorno, aunque su cuenta bancaria está más vacía.
La Solución Mineral Milagrosa (MMS por sus siglas en inglés) ha tomado cierta fama en muchos ambientes como medicamento alternativo. Sus grandes defensores lo han recomendado para enfermedades como el SIDA, hepatitis, malaria, herpes, tuberculosis, cáncer y muchas otras enfermedades como el autismo, sin embargo, como suele pasar con los productos milagrosos, ningún laboratorio ha logrado ver su eficacia, el autismo, tampoco ha respondido positivamente a las dosis de este medicamento.
Mélida, de 52 años, consultó con muchos profesionales y probó distintas terapias para intentar ver mejoras en su hijo, y en esa búsqueda incesante oyó hablar de un innovador tratamiento en Barcelona con el que los autistas, supuestamente veían muchas mejoras.
José Carlos Mélida lo desechó en un primer momento, no porque no creyera en el tratamiento, sino porque él mismo padece una discapacidad del 80% que le impide realizar largos viajes, y Barcelona se le antojaba entonces como algo imposible, hasta que en una consulta con un endocrino (un médico colegiado en Huelva y con cierto prestigio en la ciudad) le aseguró que ese tratamiento, también se ofrecía en Huelva y le recomendó que acudiera a una bióloga especialista en alimentación. Lo que ese endocrino titulado nunca le indicó fue que la bióloga que llevaba el tratamiento era su propia hija. "Me enteré tiempo después", afirma en declaraciones a Diariodehuelva.es.
Esa bióloga le recomendó a José Carlos que su hijo practicara una dieta que él a día de hoy considera "disparatada" pero que el intentó llevar a cabo por el bien de su pequeño, entre los productos que debía tomar estaba este 'agua milagrosa', el MMS que antes de su 'boom' como pseudomedicamento era conocido como Clorito Sódico, un derivado de la lejía de uso industrial que se utiliza hoy día para desinfectar agua y blanquear el papel o diversos tejidos.
Además del controvertido MMS, la bióloga también le recomendó varios tipos de algas y otro producto que vendía en su tienda (oxígeno líquido), cada mes se gastaba en torno a 600 euros en intentar mejorar la vida de su hijo.
El testimonio de José Carlos Mélida, aún no ha sido visto a día de hoy por un juzgado, ni hay denuncia interpuesta entre otras cosas porque "la situación económica no me lo permite", aunque si quiere consultarlo con la fiscalía o algún experto para que le explique si el que se le haya asignado ese medicamento prohibido es denunciable. De hecho, asegura, tiene pruebas de esas indicaciones, ya que del resto, aunque se siente engañado "sería mi palabra contra la suya".
No es el único supuesto engaño en Huelva. Según afirma Mélida, conoce a otro matrimonio amigo suyo al que también le recetaron gotas de MMS y una amiga a la que, para tratar el cáncer de pecho, también se lo recomendó, aunque en este caso, nunca llegó a tomarlo porque "su médico le dijo que ni se le ocurriera".
Según el testimonio de José Carlos Mélida tardó cinco meses en darse cuenta de que no había mejoría y decidió abandonar el tratamiento y no volver a ver más a la bióloga, todo ello después de empezar a sospechar y de cruzar duras palabras con la bióloga "me dijo que tenía dos carreras y cuatro másteres" y que después de haber hablado con un médico alemán (prescriptor de este tratamiento) le había asegurado que su hijo "se podía curar".