Don Remondo, el Arzobispo que ayudó a la conquista de Niebla

El joven estudiante de segundo de Arqueología, Rufino Barroso, reivindica la figura histórica del arzobispo don Remondo (Raimundo de Losana) por su papel en la conquista cristiana de Niebla.

El joven estudiante de segundo de Arqueología, Rufino Barroso, reivindica la figura histórica, el arzobispo don Remondo  (Raimundo de Losana) ​ que aunque su repercusión e influencia es realmente escasa y apenas sabe de su existencia, tuvo un papel transcendental para el período de la “Reconquista cristiana” en el suroeste de la Península Ibérica.

Barroso destaca que no se trata de un personaje de poca fama, pues posee una estatua en la Catedral de Sevilla y un sepulcro bastante detallado en la catedral de Segovia, pero es cierto que se trata de una figura que posee un gran calibre en la sociedad tardomedieval para la historia de la reconquista del antiguo territorio de Ilipla (Niebla), y que sin embargo no se hable o ni se mencione en los centros de enseñanza cuando se explica el complicado proceso que fue la Reconquista. El artículo que nos ofrece recoge toda la información publicada en internet y además también se añade los escritos del autor vasco, Anasagasti, y del historiador Pedro Rodríguez de Campomanes, que trato de manera objetiva sobre la importancia y la gran repercusión del arzobispo Remondo.

Lo más llamativo y por que realmente puede atraer al lector sobre este Raimondo es que se hablamos de un arzobispo castellano que pertenecía a la llamada Orden del Temple o en otras palabras, era uno de los pocos templarios que ejercieron como apoyo a los reinos cristianos para librarse en batalla con los árabes en la Península Ibérica, siendo este una persona religiosa. De esto podemos tener constancia ya que en la parte derecha de la tumba nos encontramos a una virgen negra que se le asociaba con esta antigua orden. Pocos personajes poseen tanta curiosidad y tanta importancia como la del arzobispo Raimundo, y es por eso que se merece al menos no un reconocimiento por su labor, pero sí de darle un hueco en el panorama cultural de Huelva.

Don Remondo, el arzobispo templario

Don Remondo o Raimundo de Losana, se comenta en su biografía que nació en Segovia, donde ejerció después con los años como obispo en el año de 1249 tras haber terminado sus estudios en Roma, y que se cree que murió en 1286 (pero se estima también que en 1288). Estuvo como prelado de la iglesia hispalense entre los años de 1259 y 1286.

Ejercía como Chanciller mayor de San Fernando, presto Obispo de Segovia, Gobernador del Arzobispado de Sevilla, y después su arzobispo. Y teniendo bajo su capa muchos Regulares de las Religiones de San Benito, Santo Domingo, San Francisco, la Merced, la Santísima Trinidad. Confesor de San Fernando, y del Beato Domingo. De la Merced, según esta recibido en Sevilla, su fundador y General de San Pedro Nolasco, si esto no concuerda con  las mejores historias de la Santísima Trinidad de fray Luis Freyja, con otros compañeros que tenía bajo sus órdenes los Maestres de las Orden Militares de la de Santiago, Don Pelai Pérez Correa, por cuya naturaleza pretenden justamente contender Galicia y Portugal, cuya memoria será eterna por sus proezas guerreras, y por milagro referido de nuestra señora de Tentudía; de Calatrava; de Alcántara Don Pedro Yáñez; Don Fernán Pérez, gran Prior del Hospital de San Jun de Jerusalén, Don Gomes Ramírez, Prior de los Templarios, además disponía de mando muchos caballeros y Comendadores de todas sus Órdenes, y alguno más de la milicia de nuestra señora de la Merced, según refiere memoriales suyos.

En Sevilla, siendo el 27 de febrero del año del Señor Jesucristo de 1264. Alfonso X  El Sabio, le hace donación a Don Remondo arzobispo de Sevilla por la gran labor que habéis prestado en el cerco y en la conquista de Niebla, se le ofrece una casa en esta villa, que es de la collación de Santa María, teniendo como lindero la casa con la del arcediano de Niebla, y por la calle de enfrente la casa de  de Johan García, así como nueve aranzada de viña en la alquería que da nombre de Botilla, que tiene por lindero las viñas de Gómez Pérez; diez yeguada de pan en el paraje llamado Botillas vecinos de las viñas de Gómez Pérez de Alvarenga y cincuenta aranzadas de olivar en Villanueva, junto tantas otras al Maestre Beltrán en el término de Moguer, alquería de Niebla. (Anasagasti)

Hay que reconocer que los templarios en el Reino cristiano de Sevilla estaban formando por un número de unos cien caballeros con sus respectivos pajes y escuderos gozando de ciertos privilegios reales, (de hecho al arzobispo Remondo se le consideraban miembro de la citada Orden, ya que era un cruzado, un hombre de la guerra) junto a una fuerte presencia de las Orden Militares fuertemente armada. Desde la conquista de Niebla en febrero de 1262, se encontraba en esta villa, el Convento Mayor de la Orden de Santa María de España conocida también como la Orden de la Estrella para la defensa del Algarbe, y los Reinos de Sevilla según nos comenta el historiador y político don Pedro Rodríguez de Campomanes.

Si miramos en la Catedral de Sevilla con detalle la tumba del Arzobispo Remondo, lo podemos ver cubierto de una túnica templaria y rodeados de monje de la misma orden. Pero se aprecia arriba en la parte derecha de la tumba, un cuadro de una Virgen Negra, simple curiosidad.