Obligado a dormir en su ambulancia
El sindicato FSTES denuncia las carencias de dotaciones y de personal en el colectivo de conductores y técnicos de emergencias sanitarias, que provoca situaciones como la del municipio costero, donde no tienen ni sitio para descansar durante las eternas guardias
Las aguas en el sector de los técnicos de emergencias sanitarias (ambulancias) continúan bastante turbulentas, y el nivel de conflictividad ha llegado a un punto en el que profesionales hablan incluso de una “persecución y acoso” por parte de la empresa adjudicataria Autoamtax, concretamente hacia los miembros de un sindicato, FSTES (Formación Sindical de Técnicos en Emergencias Sanitarias), a los que se les han abierto “continuos expedientes” con sanciones y suspensiones de empleo y sueldo aparejadas.
El motivo, dice FSTES, las protestas del sindicato por la situación que se vive en este sector de la asistencia sanitaria, como es el de los conductores y técnicos de ambulancias. El portavoz del sindicato en Huelva, Jorge Martín, ejemplifica las carencias de este colectivo en la situación que vive un compañero de Isla Cristina, “que no dispone de un lugar para descansos durante las guardias, que muchas veces van más allá de las 24 horas, y se ve obligado a dormir dentro de la ambulancia de urgencias”, ya que ni el centro de salud de la localidad dispone de un espacio para estos técnicos ni la empresa ha habilitado local alguno al efecto, instalaciones que reclama el sindicato.
Se trata de uno de los dos trabajadores a los que se les ha abierto expediente en la empresa con propuesta de sanción, cuya comunicación recibieron ayer martes, casualmente después de la concentración que el sindicato protagonizó la semana pasada a las puertas de la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales para protestar por la carencia de personal en la flota de ambulancias, que, según Martín, provoca que en al menos “seis de cada diez salidas sólo vaya en la ambulancia un solo técnico, que es el conductor, sin ningún otro trabajador de apoyo, como establece la normativa”.
Jorge Martín señala que los miembros del sindicato están siendo “perseguidos desde el primer día que nos sindicalizamos”, y la mayoría de los expedientes y sanciones han derivado de reivindicaciones de la propia plantilla para reclamar derechos y denunciar carencias. Así, los dos últimos expedientes, con argumentaciones “infundadas” de la empresa son, a juicio de FSTES, una “represalia” contra los trabajadores por sus reivindicaciones. La situación ha generado numerosos pleitos judiciales entre la empresa y los trabajadores expedientados.