viernes. 26.04.2024
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La trombosis, una de las consecuencias más graves en pacientes con Covid persistente

Según los especialistas, existe una relación directa entre la trombosis y el Covid-19. En cuanto al riesgo en la vacunación son tajantes: "Hay más posibilidad de sufrir un trombo por Covid que por la vacuna contra el virus"
La trombosis, una de las consecuencias más graves en pacientes con Covid persistente

Cristina Lirola tiene 27 años y es enfermera en el Hospital Infanta Elena de Huelva. Al igual que muchos, se infectó con el Covid-19 durante el ejercicio de su profesión. Aunque, por suerte, superó la enfermedad con síntomas leves: la típica pérdida del gusto y el olfato, pero sin llegar a complicaciones mayores como la asfixia o problemas respiratorios.

Sin embargo, una semana después de haber dado negativo, un buen día se despertó con las manos amoratadas. Tras realizarse las correspondientes pruebas, los especialistas corroboraron que se trataba de un episodio trombótico. Cristina asegura que nunca antes había sufrido un trombo y que tampoco tenía otras enfermedades. Es una joven sana.

A los pocos días, los moratones terminaron desapareciendo y el episodio trombótico dio paso, una semana después a síntomas como cansancio, dolor de cabeza y malestar general: "Empecé a encontrarme mal. No me faltaba el aire pero me sentía sin fuerzas, el cuerpo me pesaba y me costaba realizar cualquier tipo de actividad. Síntomas parecidos a los del coronavirus".

Cristina es una de las pacientes de la consulta de Covid persistente del Hospital onubense. Una Unidad centrada en el tratamiento de pacientes que han superado el coronavirus (ya no están contagiados ni pueden contagiar), pero que siguen acarreando síntomas como consecuencia de la infección que sufrieron.

Según Juan Ignacio Ramos Clemente, jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Infanta Elena, existe una relación directa entre el riesgo de sufrir una trombosis y tener una enfermedad por coronavirus. Por ello, debemos separarlo en dos procesos. Por un lado, el que ocurre en la fase aguda de la infección y por otro, el que aparece como consecuencia de las secuelas.

Durante la fase aguda, el riesgo de tener una trombosis es hasta un 25% mayor en los pacientes que tienen una neumonía grave. El motivo es fundamentalmente que los pacientes con una neumonía grave tienen que mantenerse con una inmovilización prolongada por culpa de la enfermedad (también hay una tendencia a la deshidratación como consecuencia de la infección y un estado inflamatorio agudo, característico de la afectación por coronavirus). "Este estado proinflamatorio eleva mucho la susceptibilidad de las plaquetas y del estado de la coagulación a alterarse y, por lo tanto, a generar fenómenos trombóticos", aclara.

Dice Ramos Clemente que esto ocurre con muchos tipos de infecciones, que durante la fase aguda de por sí ya tienen un riesgo de trombosis. De hecho, la manifestación más severa de los procesos infecciosos es un factor de riesgo muy importante para generar una trombosis en el paciente. "Tanto es así que en la batería de pruebas que les hacemos al paciente cuando entran en el hospital el primer día, incluimos parámetros para asegurarnos de que el paciente no tiene en ese momento una alteración de la coagulación, como son, tanto los factores de la coagulación como una proteína que es el dímero D. Y  en los casos de Covid que requieren hospitalización en todos les ponemos un tratamiento con heparina para evitar que desarrollen trombosis como consecuencia de la infección aguda", explica.

En un segundo grupo estarían los pacientes con Covid persistente. En este tipo de pacientes, la aparición de estos síntomas varía, incluso en función del tiempo de evolución. Se considera que entorno a las primeras dos semanas después del alta el porcentaje de pacientes que se recuperan del todo está al 50%, pasadas 4 semanas alcanza el 80% y queda entre un 10% y un 20% que siguen manteniendo síntomas más allá de la fase aguda. Y entre los síntomas que aparecen con más frecuencia que son, sin duda, el cansancio, la fatigabilidad, los dolores musculares, óseos, la tos y la dificultad respiratoria, así como el dolor de pecho, probablemente la trombosis no es el aspecto que más predomina, pero es uno de los que presenta más gravedad y mayor pronóstico.

La presencia de trombosis en los pacientes con Covid persistente no es lo más frecuente pero sí lo más grave

El riesgo de padecer trombosis entre los pacientes con Covid persistente se sitúa entorno al 3%. Aunque hay muchos factores que influyen: alteraciones previas de la coagulación, la edad, el grado de inmovilidad y el hecho de tener varias enfermedades simultáneas a la vez. Sobre todo, enfermedades como la diabetes o la hipertensión.

"Se cree que el fenómeno que está detrás de este proceso es una tendencia a la fragilidad capilar. Esta favorece que se produzca una lesión dentro de la arteria que generaría un trombo. A pesar de su gravedad, estos procesos se pueden diagnosticar precozmente y tienen tratamiento. Solo hay que estar pendientes, hacer un  seguimiento médico y realizar controles analíticos en la unidad de Covid persistente", afirma Juan Ignacio Ramos Clemente, integrante del área de Covid persistente del Infanta Elena.

En cuanto a la vinculación entre la vacuna contra el virus y el trombo, el médico es contundente: "El riesgo de la vacuna, aún cuando exista, es muy inferior con respecto a la trombosis al que presenta el propio coronavirus".

La Unidad de Atención a Covid persistente en el Hospital Infanta Elena de Huelva

El Covid persistente es la denominación utilizada para designar los problemas de salud que aquejan a aquellos pacientes que siguen sufriendo síntomas de la enfermedad tiempo después de haber superado la fase aguda de la misma.

El objetivo de esta nueva iniciativa es centralizar la asistencia a través de un área única, conformada por todos aquellos especialistas que puedan estar relacionados con dichos síntomas y ofrecer a los pacientes una atención integral que les ayude a volver a su vida habitual con las mayores garantías posibles.

Este nuevo dispositivo está liderado por el Servicio de Medicina Interna. Se puede definir el síndrome de Covid persistente como el conjunto de signos y síntomas que sufren los pacientes por infección por SARS-CoV-2 fuera de la fase aguda de la enfermedad y que no pueden explicarse por otras causas que no sean la propia infección. Los pacientes candidatos son, por tanto, aquellos que muestran niveles de IgG positiva frente al Covid-19, pero que siguen registrando una situación clínica compatible con la infección o que sufren complicaciones derivadas de ella.

En España los últimos estudios que se han llevado a cabo sobre este tema han constatado que más del 60% de los pacientes hospitalizados por Covid-19 referían persistencia de síntomas clínicos una vez pasados cuatro meses desde el alta. Los que aparecen con más frecuencia son disnea o dificultad para respirar, en un 31% de los casos, debilidad o fatiga (astenia) en un 30% de las ocasiones, dolores musculares o mialgias en un 13% de los casos, así como tos, pérdida del olfato y el gusto (anosmia y ageusia) en diferente proporción.

Con esta intención, el paciente que sigue con dichos síntomas tras haber sido dado de alta o valorado por otros especialistas, es citado en una primera visita en la consulta específica que corre a cargo de la Unidad de Medicina Interna, en la que se lleva a cabo una evaluación global del mismo y que no está centrada solo en el síntoma que haya motivado la derivación, sino que se realiza atendiendo a su situación general, con el fin de hacer aflorar aquellos aspectos o complicaciones derivadas del Covid persistente que pueden haber pasado desapercibidos y que resulte necesario abordar evitando también así su cronicidad.

Tras esta primera visita y una vez detectadas aquellas necesidades que impliquen la participación de otras especialidades que integran la Unidad, serán derivados para que los especialistas realicen su propia valoración.

Posteriormente, las visitas sucesivas o de revisión tendrán un objetivo tanto diagnóstico como ya terapéutico, con especial atención a la puesta en marcha de programas enfermeros de promoción de la salud y del autocuidado.

Entre los objetivos de esta Unidad se encuentran también la futura creación de una escuela de pacientes que les ofrezca un espacio de información, consejos y apoyo y les permita aprender unos de otros, mejorando su respuesta y su ánimo frente a las secuelas provocadas por la enfermedad.

"En total, han sido evaluados cerca de 200 pacientes de Covid persistente en el hospital Infanta Elena. Pacientes que entran a formar parte de la unidad cuando los síntomas no disminuyen después de un mes sin estar infectado, cuenta Ramos Clemente".