jueves. 28.03.2024
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El lobo llegará a sus antiguos dominios de la Sierra pero sin ayudas públicas

El lobo llegará a sus antiguos territorios de Sierra Morena Occidental. Pero deberá hacerlo sin ayuda de las administraciones y la amenaza de miles de escopetas que furtivamente le buscan en sus mirillas.
El lobo llegará a sus antiguos dominios de la Sierra pero sin ayudas públicas

El lobo llegará a sus antiguos territorios de Sierra Morena Occidental. Pero deberá hacerlo sin ayuda de las administraciones y la amenaza de miles de escopetas que furtivamente le buscan en sus mirillas. Tampoco la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta dará un euro para facilitar su regreso a las sierras onubenses, de donde desapareció en los años 80 del siglo pasado. Suena lejano pero hace solo 40 años que el lobo no acompaña el discurrir de los pueblos serranos.

La intención del Ministerio de Transformación Ecológica (Miteco) dentro de su ‘Estrategia para la conservación y gestión del lobo’ es que las poblaciones de lobo ibérico aumenten un 18% para el año 2030. Pasarán de las casi 30 manadas actuales a 350 y que la distribución de la especie se expanda entre un 10% y un 20%.

La primera medida ya está en marcha: dejar de considerarlo especie cinegética en todo el país, incluido el norte del río Duero, donde estaba permitida su caza hasta ahora. El canis lupus signatus ya está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, tras la publicación en el BOE de la orden ministerial.

El texto defiende a la especie como parte integral de los ecosistemas españoles por lo que se debe asegurar la coexistencia entre la especie y los usos humanos.

Se busca evitar la conflictividad con los usos ganaderos y facilitarle un hábitat suficiente y adecuado. Y precisamente una de esas zonas es Sierra Morena, un área donde la especie está extinguida.

La caza mayor en fincas cinegéticas, privadas, es una de las causas de su extinción total y un problema para su llegada o expansión.

El plan del lobo contempla reducir hasta niveles irrelevantes su persecución ilegal, con disparos, trampas o veneno. La estrategia busca pues la coexistencia con sistemas de protección del ganado de forma generalizada, con fondos públicos, y vincular medidas de desarrollo rural con buenas prácticas agroganaderas.

Para compensar las pérdidas de ganado por ataques de lobos, el borrador de la Estrategia para la gestión del lobo’ apunta al establecimiento de sistemas de peritación homogéneos y pagos “ágiles y justos” para los ganaderos afectados, siempre que hayan puesto en marcha medidas preventivas, como vallados, encierro del ganado o guardas con mastines, por ejemplo.

Para animar a los agricultores y ganaderos a ayudar a proteger la especie, se promoverá un pago adicional medioambiental que puede incrementar un 30% el pago de la explotación para así evitar la pérdida de la capacidad productiva de los ganaderos.

La creación de bosques-islas en zonas agrícolas que sirvan al lobo de zona de refugio y reproducción también se contempla en el plan gubernamental y hasta comprende el abandono de cadáveres de ganado en régimen extensivo, algo impensable desde la crisis de las vacas locas.

Pero los deseos de acelerar la llegada del lobo chocan son importantes sectores. Hay muchas dudas y el ambiente sigue siendo de absoluta desconfianza.

Una cosa es que el lobo consiga colonizar de nuevo sus antiguos territorios y otra muy distinta que se le ayude a hacerlo.

Asaja está totalmente en contra de la decisión del Gobierno respecto a la figura de protección del lobo. La organización agraria envió al presidente del Gobierno un escrito, también firmado por Coag y UPA, en la que manifestaba su más “honda preocupación” por esta decisión  y le solicitaba la paralización de la misma, “hasta que no haya un consenso con las CCAA más afectadas y con la representación del sector agrario, con la finalidad de realizar una evaluación real de las consecuencias económicas, sociales y medioambientales que esta medida ocasionará para el sector agrario y el medio rural”.

Las organizaciones agrarias consideran que no se ha hecho un diagnóstico previo sobre las consecuencias que tendrá el objetivo perseguido por el Gobierno de aumentar el número de individuos del este cánido sobre la ganadería y su manejo y llama la atención sobre el hecho de que el lobo es una especie en expansión en España, generándose un conflicto entre las poblaciones de lobo y la presencia de ganadería extensiva en las zonas rurales de nuestro país.

En la carta se advierte que la situación actual de la ganadería extensiva es muy preocupante, como también lo es el “progresivo despoblamiento de esas zonas”, con lo que esta medida “pone en riesgo la supervivencia del medio rural”.

Las organizaciones lamentan que el mundo rural y en especial la ganadería estén desprotegidos ante esta situación, y por ello se pedía la paralización de la medida de forma inmediata.

Por el contrario, cerca de medio centenar de organizaciones ecologistas y rurales defienden el consenso de la comunidad científica para abrirle puertas al lobo.

Los colectivos opinan que la solución no puede basarse en la muerte de la especie. Su propuesta pasa porque las explotaciones ganaderas se doten de medios y técnicas para adaptarse a la presencia del lobo en sus antiguos territorios:  adquisición de mastines, cercados de recogida y guarda, tecnologías de seguimiento del ganado y la contratación de pastores, entre otras.

Un lobo solitario en zona lobera limítrofe con Portugal
Un lobo solitario en zona lobera limítrofe con Portugal

Su propuesta incluye implementar un nuevo sistema de compensación de daños, porque el procedimiento en vigor no evita su uso fraudulento y culpar al lobo de matanzas protagonizadas por simples perros asilvestrados.

La petición al Miteco es que movilice todos los recursos económicos y humanos necesarios para facilitar la recuperación de las poblaciones de lobos.

Sin olvidar vincular las ayudas de Política Agraria Común para promover un pago adicional medioambiental que puede incrementar hasta en un 30% del pago de la explotación para evitar la pérdida de capacidad productiva de los ganaderos.

Las organizaciones ecologistas recuerdan que los ataques del lobo al ganado solo representan el 1% de los daños y su presencia es una pieza fundamental para la salud de los ecosistemas. Nada más que hay que ver desequilibrios como los que provocan las grandes poblaciones de jabalíes y que son ya un vector de transmisión de enfermedades hasta para el ganado porcino.

En Andalucía no se puede cazar lobos (no hay, entre otras cosas). La comunidad lleva 5 años concienciando a la población sobre la necesidad del lobo (Proyecto Life Lobo). Pero el actual Gobierno se ha opuesto a la inclusión del lobo en la lista de animales en peligro de extinción.

Para que el lobo llegue a la Sierra Morena onubense debe detenerse su caza. Y acelerar el proceso con sueltas experimentales como se ha ido haciendo con el lince ibérico.

El debate está abierto pues.

Juanjo Carmona, portavoz de WWF en el área de Doñana, cree que “lo deseable es que el lobo, conforme sus poblaciones fueran creciendo, volviera a recuperar sus hábitats en Huelva de forma natural sin necesidad de nada más”. Ahora, ¿es posible reintroducir al lobo en sus antiguos territorios de Huelva, hacer una suelta experimental? Es una posibilidad… pero esa decisión qué requeriría: estudios ecológicos pertinentes, económicos, hay que contar con las poblaciones locales, mucho trabajo en cuanto a educación y concienciación ambiental.

El lobo, recuerda Carmona, ha tenido una imagen determinada y eso hay que trabajarlo con las poblaciones locales como se ha hecho en otros puntos de España, donde además se ha convertido en un importante recurso económico. La gente va a verlo y se moviliza actividad en el territorio gracias al lobo.

Hasta hace poco hemos tenido poblaciones de lobos, es el superdepredador que al ser eliminado ha causado graves efectos en los hábitats como la presencia por exceso de ungulados, transmisión de enfermedades. El lobo ayudaría al control natural de estas poblaciones.

Otro elemento del debate lo aporta Juan Romero, de Ecologistas en Acción.

La primera pregunta o reflexión es “si tiene que haber o no tiene que haber lobos… quién tiene que decidir sobre el futuro de una especie, desde luego los humanos no. No tenemos ningún derecho ni a extinguir ni a eliminarla porque no la hemos creado”. Para Romero, el principal problema que tiene el lobo es la pérdida de biodiversidad y la incapacidad humana para buscar soluciones.

Cazadores posan con una loba abatida en Huelva en los años 70
Cazadores posan con una loba abatida en Huelva en los años 70

“Que viva el lobo donde pueda y donde deba”, decía Félix Rodríguez de la Fuente”, subraya ahora el dirigente Ecologista. El lobo es una especie protegida por la Directiva Hábitat de la UE, está incluido en el grupo de los 5 grandes carnívoros europeos y “las leyes están para cumplirlas”.

Hoy en Andalucía la especie está extinguida pero la Junta, dice, tiene el deber de aprobar un plan de recuperación de la especie lo mismo que se hizo con el lince.

Juan Romero recuerda que el último lobo de Huelva fue abatido en el río Tinto en 1986 y paseado por Valverde del Camino y luego tirado su cadáver a un vertedero y un naturalista de Zalamea recuperó su cráneo y piel.

En la península se barajan hoy censos de 2.500 lobos concentrados en zonas como la Culebra (Zamora).

Para Juan Romero, el conflicto no es ganadero, es más bien cinegético, incluso hay cazadores que pagan grandes sumas por cazarlos, como si se tratase de elefantes en África. Ahora se prohíbe esa caza.

Para Ecologistas está claro que el lobo tiene que seguir formando parte del patrimonio natural de la Península Ibérica de Andalucía y de Huelva y resolver el problema de la convivencia con la ganadería a través de medidas preventivas.

Otras voces ligadas a la conservación natural ponen sobre la mesa un ejemplo de éxito mundial: los efectos que produjo la presencia del lobo en el parque de Yellowstone (USA).

Aquí en Huelva hay un entorno antropizado de dehesas y el problema inminente es que atacaría a las cabañas ganaderas. El lobo llegará… tras los jabalíes, los corzos. Pero si la sociedad no quiere al lobo se puede generar un grave problema, no existe una opinión clara.

Una de las voces más autorizadas de Doñana, José María Galán, no ve factible la llegada del lobo en estos momentos, la sociedad no lo acepta y los programas Life funcionan solo si la sociedad lo quiere. Galán cree que “estamos cerca de que la sociedad lo quiera… sería una buena noticia que llegara pero forzarlo generaría un conflicto”.

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