jueves. 25.04.2024
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Una vecina de Huelva lanza un crowding para financiar una escuela secundaria en Guinea Ecuatorial

El proyecto busca paliar las carencias educativas en una zona rural de Guinea Ecuatorial en la que actualmente no existen escuelas secundarias ni de formación profesional.
Una vecina de Huelva lanza un crowding para financiar una escuela secundaria en Guinea Ecuatorial

“Me llamo Sarah Wambala y no soy la protagonista de esta campaña. Me atrevo a escribir esta carta en nombre de más de un centenar de jóvenes que necesitan de toda la generosidad que sea posible con el fin de construir un futuro mejor”, explica Wambala en una campaña que ha montado en la plataforma GoFundMe con el fin de volver a dar vida a un proyecto educativo en Guinea Ecuatorial.

“Vengo de un país africano (Guinea Ecuatorial) que como en la mayoría de países tercermundistas que aunque puedan tener materia prima les caracteriza el poseer muchos contrastes sociales entre otras cosas. He vivido durante casi toda mi infancia en la capital Malabo con mis padres y mis hermanas.  Mi madre, que es una mujer Bubi (me refiero a la etnia de Guinea ecuatorial a la que pertenece) es una mujer cultivada y cada vez que ha podido nos ha llevado a su pueblo para compartir con mis hermanas y conmigo parte de su cultura”, explica Wambala.

“En la capital hay muchos colegios, centros de formación en cambio, cuando te alejas de la zona urbana no hay muchos centros de formación profesional y menos institutos de secundaria. Por tanto, viendo esta situación a mí madre  se le ocurrió iniciar un proyecto: Crear un centro de educación secundaria en su pueblo (Basakato de la Sagrada Familia)”, agrega.

La madre de Wambala habilitó una vivienda y la convirtió en un instituto de secundaria el cual llamó Fermosa. “Le puso muchas ganas, invirtió todo el capital que tenía y  una vez que al centro se le aprobaran las inspecciones y  estuviera todo en regla. Decidió abrirse al público en el año 2017. Parecía que iba a ir bien porque acudió gente pero rápidamente empezó a tener problemas”, señala. 

Las complicaciones fueron estas: “El centro estaba en un pueblo a las afueras, habían problemas de transporte, lo cual dificulta el desarrollo correcto del centro. Todos los gastos económicos los cubría mi madre sin ninguna subvención lo cual fue difícil sostener esto entre otras complicaciones hicieron difícil que el centro funcionara, por tanto, al segundo año de abrir el centro mi madre habiendo perdido su inversión, cerró  y archivó el proyecto”, argumenta.

“Yo estoy siendo asesorada por un grupo de profesionales, con los que quisiera iniciar de nuevo este proyecto pero esta vez bien hecho. Y desde aquí afirmo que soy la primera que está poniendo su capital para empezar a construirlo pero, no voy a poder sola y necesito ayuda”, sentencia la autora de la campaña.