jueves. 25.04.2024
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Talas indiscriminadas engullen el arbolado sano que escapó del gran incendio de Almonaster

Los vecinos de las aldeas, plataformas y Ecologistas denuncian “la avaricia” de las madereras y la mala praxis de las administraciones en la zona quemada: por un lado siembran especies y por otro las arrancan.
Talas indiscriminadas engullen el arbolado sano que escapó del gran incendio de Almonaster

Nuevas talas indiscriminadas de árboles sanos que escaparon del gran incendio de Almonaster y Cueva de la Mora el pasado verano y que arrasó más de 15.278 hectáreas de terreno están alarmando a los vecinos de las aldeas, que ven, impotentes, como las máquinas engullen arboledas antiguas, pinares y encinas con décadas a sus espaldas.

Los vecinos de las aldeas, plataformas y Ecologistas denuncian “la avaricia” de las madereras y la mala praxis de las administraciones públicas en la zona quemada: por un lado siembran especies y por otro las arrancan aún estando sanas.

 

A la tala masiva de encinas en la finca de Magdalena para convertir el lugar en una escombrera minera le están siguiendo ahora el talado de árboles en otras zonas forestales de Almonaster y en las inmediaciones de La Zarza, junto a algunas áreas donde hay previstos proyectos de investigación de yacimientos de sulfuros polimetálicos en sus codiciadas cuadrículas.

Las plataformas ciudadanas, vecinos de las aldeas, Ecologistas y colectivos como Repoblación de La Zarza ya han denunciado ahora el arranque de enormes pinos con troncos de 50 y 60 cm de diámetro que se plantaron hace sesenta años y que escaparon del fuego que obligó a evacuar la zona.

Sin escrúpulos y con criterio desconocido, señalan, las empresas están arrancando a discreción la arboleda y se llevan por delante, según las denuncias, a cientos de ejemplares sanos que quedaron en medio de las famosas islas verdes que tanto alborozo causan en las autoridades encargadas de la extinción cuando apagan las llamas. Pero de poco sirvió escapar de ellas, en zonas como el Coto de la Mora o El Chaparral se los están llevando por delante sin darle siquiera “una oportunidad a la naturaleza”.

Así que montones de madera ocupan las fincas, listos los árboles cortados para llevárselos al mejor postor. Con la madera marcada en colores y numerada, los troncos inertes esperan a que los camiones carguen el preciado tesoro en que se han convertido los árboles (incluidos muchos sanos) talados. Es, denuncian los vecinos y las plataformas y colectivos ecologistas “la avaricia de la madera”.

Nada menos que hay 1.400 hectáreas de montes públicos incluidas en el perímetro del incendio que afectó a cerca de 16.000 hectáreas.

Se da la circunstancia de que junto a las zonas afectadas por estas talas, las administraciones andaluza y Estatal han anunciado importantes inversiones en reforestación y donde se han realizado ya varias tandas de siembra de bellotas y especies autóctonas, en las que han participado vecinos, escolares y hasta integrantes y cargos públicos de las administraciones.

Las personas que viven en la zona han hecho saber a la organización ecologista que están viendo cómo son talados numerosos ejemplares sanos y otros que apenas fueron afectados por las llamas, estando además en plena época de reproducción de la mayoría de especies animales.

Desde Ecologistas se advierte que “si no se sigue el modelo de restauración desarrollado en Doñana, las más de 15.000 hectáreas del incendio de Almonaster quedarán desnudas sin arbolado, con importantes consecuencias de erosión, de pérdida de paisajes, además de la desprotección de los animales silvestres”.

Ecologistas en Acción ha recibido el aviso de diversos vecinos de las aldeas afectadas por el incendio de Almonaster la Real de que están siendo talados incontables pinos que se salvaron del gran incendio forestal que afectó a 15.278 hectáreas, según fuentes oficiales, a finales de agosto del año pasado.

Como se aprecia en las imágenes y vídeos tomados por ellos mismos, los ejemplares están verdes y sanos o ligeramente afectados por las llamas, por lo cual, la organización ecologista, exige a la Junta de Andalucía que sean paralizados estos trabajos de forma inmediata.

Los avisos se refieren especialmente a la tala de pinos en la zona ubicada entre Puente Vergel y el área recreativa Puerto Cantina, si bien se ha tenido conocimiento de otras zonas donde está ocurriendo lo mismo, como Coto La Mora y el entorno del pantano del Olivargas, en el término municipal de Almonaster la Real.

En todo caso, la normativa vigente establece la prohibición de la alteración o destrucción de los hábitats de las especies silvestres, así como sus lugares de reproducción y descanso. Por ello, especialmente desde el 15 de marzo, debido a que las especies silvestres están en pleno periodo de reproducción, hay que evitar las molestias y daños que se pueden producir con los trabajos forestales a los animales. Las talas y demás trabajos forestales en los hábitats que no se quemaron conllevarían a esta altura del año una pérdida de poblaciones con la consecuente merma en la biodiversidad, que dañaría directamente la calidad de vida en las zonas rurales afectadas, recuerdan desde Ecologistas.

Ecologistas en Acción, organización incorporada a la Comisión Científico-Técnica para la restauración de la zona incendiada, insta también a este grupo de trabajo a la revisión de la planificación de limpieza, delimitando las zonas a actuar y marcando el arbolado a pie de campo, uno a uno.

Al igual que en la restauración de la zona incendiada en Doñana en 2017, donde se pudo aprender la considerable eficacia de este procedimiento, la organización ecologista recomienda no talar los pinos con menor afección, sino dejarlos para comprobar su evolución, cortando únicamente los ejemplares calcinados.

Ya hemos asistido recientemente a un lamentable episodio de corta de arbolado que también se salvó del incendio de Almonaster la Real, pues más de 200 encinas han sido taladas para una escombrera minera, y aún está siendo investigada la responsabilidad de tal destrucción.

Ante estos episodios insuficientemente justificados de eliminación de árboles que no fueron afectados de muerte por el incendio forestal, se hace necesario evitar la prevalencia del interés comercial en la madera, que podría estar empañando los trabajos de restauración de la zona incendiada y poniendo freno a la recuperación ecológica y social, han explicado desde Ecologistas.