sábado. 27.04.2024
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Descontaminación de Huelva: Un viraje a 30 Años de los Acuerdos del 91

Descontaminación de Huelva: Un viraje a 30 Años de los Acuerdos del 91

Autor: Julián Blanco

No había llegado la Expo del 92 y Huelva conseguía algo en su historia reciente. Conseguía una voluntad de futuro distinto para una provincia y entre todos firmaban un cambio de rumbo. Se conseguía una voluntad de llevar la ciudad hacia la Punta del Sebo y nuestra Historia.

Se lograba un cambio en ese monotema constante que desde 1880 se introdujo en Huelva, en la revolución industrial global y toda la contaminación que conllevaba anexa.

Una revolución industrial que progresivamente venía con todos sus adelantos técnicos en grandes instalaciones, que iban creando una riqueza general en todo el Estado. España seguía cambiando y modernizándose con el transcurrir de las décadas hasta el día de hoy. A la vez que iban vertiendo millones toneladas de residuos, en terreno público.

Se estaba gestando el Ecocidio de Huelva. Donde años más tarde alcanzarían protección jurídica medioambiental, esos terrenos marismeños.

Mirando atrás desde el lugar de origen veo pocos avances si nos comparamos con otra ciudad industrial como es Bilbao. Si nos retrotraemos aún más en la Historia de la civilización veo que ni siquiera somos reconocidos. A manera de grandes descubrimientos arqueológicos de ciudades enterradas en esta parte del planeta llena de marismas. O de grandes historiadores halagando los hitos de esta ciudad.

Pero sin embargo si somos el origen de mitologías, de viajes imposibles cantados. Todos en busca

de esa manzana de oro que tantos periodos históricos han buscado y encontrado aquí.

Terminando siendo colonia británica subalterna con ninguna importancia y donde el territorio solo ocupará una posición inferior y secundaria respecto a esas empresas instaladas en la provincia.

Comienza la contaminación de terrenos públicos adyacentes para abaratar costes a la industria de

inversión privada internacional o patria.

Un viraje pudo ser ese año 1991 premonitorio anuncio de un cambio del futuro donde políticos y sociedad civil se unían en un mismo fin, recuperar para todos nuestra ría y con ella toda la avenida Francisco Montenegro. Recuperar  su naturaleza y las posibilidades transformadoras de una economía enfocada por más de un siglo en la misma dirección.

Y aquello que fue un Polo de Promoción, se ha convertido en un tapón al desarrollo. Aquello que nos trajo un Gobierno no democrático con mil expectativas se quedó en un mero lugar de inversión de empresas con muy

pocos escrúpulos medioambientales.

Como nos tuvo que recordar Greenpeace en 1986 y su buque Sirius, que permaneció frente a las costas de Huelva, impidiendo que los barcos Nerva y Niebla vertieran en aguas del Golfo de Cádiz 1.000 toneladas de residuos tóxicos de la fabricación de dióxido de titanio procedentes de la empresa TIOXIDE .

Muchas otras veces se ha presentado esta organización a recordarnos lo psicológicamente mal que lo hacen nuestros políticos. Queriéndonos vender las bondades de este grupo de presión que forman AIQB y su mano ejecutora, los políticos facilitadores de inversiones internacionales a esta industria agro-química y metalúrgica, que quiere seguir trayendo a nuestra avenida Francisco Montenegro más retroceso.

En un afán de mantener sus anteriores privilegios contraídos durante el franquismo, como podemos comprobar con el señor Villar Mir , al que se le permite contaminar toda una marisma. Con claro deterioro y perjuicio para la pesca de nuestras localidades pesqueras al destruir toda una marisma y sus estuarios del Odiel y del Tinto.

Robándonos nuestra historia marinera y el futuro de una profesión tan tradicional y arraigada a esa pesquería de litoral. Y contaminándola de manera casi irreversible.

Hoy Villar Mir vende FERTIBERIA y sin embargo nada sabemos de cuándo retirarán los fosfoyesos. De nuevo un claro ejemplo del nepotismo empresarial y elfavoritismo de esta ciudad a intereses privados, por encima del bien “general local”. Mirando tan solo por la disciplina de Partidos y un sui géneris interés general del Estado, donde degrada parte del territorio nacional en pro de intereses particulares privados.

La ciudadanía tiene que estar a sus cosas, no puede estar en la reivindicación constante, son muchas las luchas sociales comunes que a lo largo de estas décadas, que han echado a la calle a onubenses comprometid0s .

Desde 1978 la calle se ha llenado de onubenses que protestaban por las nefastas condiciones contra la Salud, que ha ocasionado la industria a miles de onubenses. Con miles de muertos en silencio por la polución y miles de pacientes de enfermedades diversas, cáncer y carcinomas de varias índoles en ciudadanos y trabajadores de este Polo Químico Industrial. Y niños con dolencias crónicas para el resto de su vida, por extrañas noches con supuestos escapes de humos tóxicos. Humos que iban a dar a la ciudad por la noche por la predominancia del viento.

La ciudadanía ha hecho todo lo posible por cambiar su futuro preocupándose por sacar adelante sus vidas y sus familias en una Huelva pobre y sin expectativas. Con un paro histórico siempre a la cola de la media nacional y regido por la subcontrata de esas empresas del Polo, que externalizaban cualquier empleo de corte temporal. Pero al que incorporaron hasta las limpiadoras de esas oficinas llenas de barro de sus instalaciones.

La ciudadanía no puede más hoy con una pandemia global y un cambio climático acuciante y son

sus representantes políticos los responsables de traer los cambios y de cumplir los acuerdos contraídos con los onubenses.

No nos valen más excusas de orden psicológicas, negando las evidencias de mil estudios de catedráticos y expertos que señalan la toxicidad de todo lo vertido y de los humos adyacentes a la ciudad. No nos valen más prorrogas en el tiempo y no nos vale seguir ocupando la Avenida Francisco Montenegro por más industria contaminantes o subsidiarias de ella.

Hoy tenemos un Gobierno de coalición progresista y uno de sus socios en 2015 propiciaba en su programa electoral la retirada de los vertidos contaminantes producidos por la industria. Y gracias a la inquietud general y prolongada en el tiempo, hizo eco en aquel 15M a nivel nacional gracias a muchos onubenses que exigían la descontaminación de esta ciudad en esos inicios de Podemos.

Los acuerdos del 91

Descontaminación de terrenos anteriormente utilizados por la industria. Realizaremos las actuaciones necesarias para la retirada de los fosfoyesos y del cesio-137 procedente de las cenizas de Acerinox y demás residuos vertidos en la marisma del Rincón y en la de Mendaña, al igual que el resto de residuos vertidos en las contaminadas marismas del Pinar.

Además, procuraremos la máxima descontaminación de los terrenos ocupados por las industrias que

han cerrado en la avenida Francisco Montenegro (Punta del Sebo), y los recuperaremos

íntegramente para el uso y disfrute de la ciudadanía.

También impulsaremos la regeneración y restauración de los humedales de las marismas del río Tinto mediante un proyecto innovador a nivel mundial que servirá para proyectar una imagen verde, nueva y moderna.

En un claro guiño a esos Acuerdos del 91 por primera vez en la historia de la democracia española, un partido político a nivel nacional reivindicaba en su programa electoral una cuestión íntegramente onubense.

No cabe duda que cualquier cambio de rumbo de esta ciudad y en consecuencia de toda la provincia, y hasta podríamos exagerar de todo el planeta, está en las manos de nuestros representantes que elegimos con tanta ilusión cada cierto tiempo. Son a ellos a los que hay que pedirles responsabilidades por lo hecho y por lo que nunca hicieron.

Porque son nuestras vidas y es nuestro futuro. Está en sus manos el cambio por que son los legisladores, pero en ti está la obligación de exigirles tus deseos e inquietudes. Y qué futuro quieres.