viernes. 29.03.2024
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Opinión

Mis padres, mis héroes

Mis padres, mis héroes

Y llegó el otoño y con la nueva estación nuevos sueños y nuevas experiencias, pero un denominador común, sigue estando entre todos nosotros este maldito virus.

Todo esto después de haber pasado un resfriado de esos de finales de verano que me obligó a ir la farmacia ataviada con mi correspondiente mascarilla y con un sudor frío debido a los nervios que me provocaba el intentar no toser ni estornudar, pese a las inmensas ganas que tenía, para no dar que hablar entre mis vecinos.

Afortunadamente, gracias a esa visita, se despejaron mis dudas, y una amable boticaria me dijo al atenderme, 'un simple resfriado de verano, lo normal, no tienes cara de padecer virus. Entonces respiré tranquila y me dije a mi misma, ¡Juana estás resfriada y ya está¡

Pero como dije al principio, comienza el otoño, un nuevo periodo y con él nuevas vivencias, nuevas metas por alcanzar y nuevos sueños por los que luchar. Pero durante el trayecto no debemos olvidar lo que fuimos y lo que somos o mejor dicho de dónde venimos para saber dónde queremos llegar. Y digo esto porque es verdad que cuando te paras un momento en este acelerado paso de la vida y piensas todas las metas a las que has llegado y todos los sueños que has cumplido te das cuenta del valor de lo que posees y no me refiero solo a lo material.

Hace unos días ordenando los papeles, documentos, fotografías y recuerdos, comprobé una vez más que soy una privilegiada por la vida que he tenido y tengo. Una  trayectoria cargada de pétalos aterciopelados a mi paso, pero también de espinas que me han hecho derramar más de una lágrima, sobre todo cuando te arrebatan a las personas que te dieron la vida y te marcaron los pasos para ser hoy la mujer en la que me veo reflejada en  el espejo.

Pero qué orgullosa me siento de todo lo que me enseñaron y de los valores que me inculcaron y que me han ayudado a tomar decisiones importantes en mi vida y que sirven del mejor manual para hacer de mis hijos personas de bien y de fuertes valores como la solidaridad, la honradez y el buen hacer hacia los demás porque no hay mejor homenaje a la memoria de unos padres que imitar noblemente sus virtudes.

La pasada semana y después de muchos años me acordé que no había recogido mi título universitario,  en mi caso el título de Licenciada en Derecho y expedido por la Universidad de Huelva. Me acerqué a nuestra Universidad y allí estaba, después de tantos años de haber terminado mis estudios. Reflejaba el fin de esos años maravillosos que pasé en la Universidad. Tuve que firmarlo y estaba nerviosa como el día que terminé  y la  señora de secretaría yo creo que al ver mi cara de alegría, me felicitó y me deseó mucha suerte.

Al montarme en el coche y ya con el título en mis manos no pude evitar derramar lágrimas de emoción por los recuerdos, pero sobre todo de gratitud hacia mis padres, a esas personas maravillosas que me dejaron la mejor herencia, una educación y una formación que me sirven para hacer realidad mis sueños.

Gracias a ellos, he conseguido todo lo que tengo en la vida, cómo agradecer tanto amor desinteresado, tantos sacrificios y cuántas renuncias. Se  dice que los padres siempre se enorgullecen de los hijos, pero mayor es el orgullo que tengo hacia ellos, !mis auténticos héroes¡

Cuando llegué a casa, coloqué mi título sobre la mesa a la espera de que llegasen mis hijos del colegio y les expliqué todo lo que significaba ese trozo de cartulina, encabezada por Don Juan Carlos I Rey de España, en mi vida y sobre todo el esfuerzo y sacrificio que habían hecho mis padres para que yo a día de hoy pueda decir que soy Abogada del  Ilustre Colegio de Abogados de Huelva.

Decía Victor Hugo que 'el escritor es un mundo atrapado en una persona' y yo en este artículo he contado una parte de la historia de mi vida donde los protagonistas no son otros que mis padres a los que humildemente he querido recordar y con mis sencillas palabras desde lo más profundo del corazón he querido de nuevo y siempre decirles GRACIAS.