viernes. 26.04.2024
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Galaroza recuerda el 150 aniversario de la aparición de las postales

La Asociación Lieva editará una revista con postales históricas de la localidad
Galaroza recuerda el 150 aniversario de la aparición de las postales

Cuando se está conmemorando el cumpleaños de la aparición de la tarjeta postal, la Asociación Cultural Lieva quiere participar en la efeméride con la publicación de un nuevo número de su revista cultural ‘La Regaera’, dedicada a las postales en Galaroza. Para ello, rescatará un trabajo que se publicó en varios medios de difusión hace unos años.

Será el número 19 de esta publicación, la que recoja aspectos sobre la edición de este peculiar medio de comunicación que ahora cumple 150 años y que tuvo gran consideración en diversos momentos históricos, con artistas como Kandinsky como ilustradores de sus imágenes. La edición de postales surgió en Alemania a mediados del siglo XIX. Su origen no está claro del todo, sin embargo, la mayoría de los estudios coinciden en que el nacimiento de las tarjetas postales surgió cuando el funcionario de correos Heinrich Von Stephan propuso en 1865 la idea de enviar correspondencia que no necesitara un sobre. Sin embargo, no fue hasta 1869 cuando Emmanuel Hermann publicó un artículo periodístico con las ventajas de este nuevo método. Lo cierto es que el 1 de octubre de 1869, la administración de Correos de Austria-Hungría pondría en circulación la primera tarjeta postal en el mundo enviada desde la localidad austriaca de Perg.

A España, la tarjeta postal llegó en el año 1873, incluyendo exclusivamente la zona para el sello y con una orla. En la última década del siglo XIX se regula su tamaño y se hace obligatorio la aparición de una imagen en el anverso. Tuvo mucho éxito la tarjeta postal de campaña, pensada para tiempos bélicos y que se utilizó durante la Guerra de África.

Centrados ya en Galaroza, la Asociación Lieva recuerda recuerda que “ya no se escriben apenas tarjetas postales, sobre todo en un mundo marcado por mensajería instántanea gracias a Whatsapp, Telegram o el correo electrónico, e inundado por otras vías de comunicación, como el video y las redes sociales”.

En los tiempos del correo, de los sellos, de la correspondencia entre familiares y amigos, todo turista que quería presumir de su destino de vacaciones, compraba una postal del lugar y la enviaba a sus allegados contándoles los encantos de la zona. El ‘cartearse’, de entonces, no tiene nada que ver con el ‘escribirse’, de ahora, ya que el haber retomado esta costumbre como forma de comunicación se debe a los nuevos soportes tecnológicos.

Las primeras postales que se distribuyeron por Galaroza eran cartones impresos con la imagen fotográfica que en su reverso tenían un hueco para la escritura. Como ejemplo de estos usos, se conservan postales de personajes ilustres, de familias pudientes o de la propia Virgen del Carmen cachonera, fechada ésta última en 1927.

Se trataba de estampas pertenecientes al primer tercio del siglo XX, que llevaban incrustada la leyenda ‘Tarjeta Postal - Union Postale Universelle - España’ o ‘Post Card - Carte Postale’, dependiendo del soporte utilizado; algunas de ellas incluso tenían bien separadas la zona de escritura y de señas. Otras, por el contrario, eran encargos específicos a los primitivos laboratorios fotográficos de la época.

Luego, las postales fueron coloreadas con mecanismos que hoy costaría creer. De esta época son algunas de imágenes que pertenecen a diversos lugares de cada pueblo, todos ellos céntricos y reconocidos como emblemáticos. En Galaroza, el archivo histórico de la Asociación Cultural Lieva ha conseguido recopilar muchas de ellas y conserva postales de zonas como el centro del pueblo, Las Pizarrillas, Venecia o la calle San Sebastián.

A través de las postales, podemos recordar zonas que ya no existen, como el antiguo Carril cachonero, flanqueado por majestuosos olmos hoy desaparecidos, la farola que reinaba en la plaza de Los Álamos, junto a donde se instalaba la caseta de baile de las fiestas, o las gradas que adornaban la fuente del Cenagal.

En esta localidad, las postales modernas fueron introducidas el recordado fotógrafo Fidel Pavón, testigo de todo cuanto aconteció en Galaroza en la segunda mitad del siglo XX, inmortalizando el Paseo de Venecia o El Carril en los años 60 del siglo pasado en unas tarjetas que fueron impresas en Murcia.

Se utilizaron también postales como soporte para sorteos, como la rifa que organizó la Comisión de Festejos de 1978 cuyo boleto eran tarjetas con fotos de la glorieta de La Rábida y de la Plaza del Ayuntamiento; esta iniciativa utilizó como soporte las singulares postales editadas un par de años antes por la Mancomunidad Turística de la Sierra de Huelva, una entidad conformada por los ayuntamientos en los años setenta y que no llegó a cuajar como fórmula comunitaria.

Las últimas postales que se recuerdan se distribuyeron a finales de los años noventa, aunque con anterioridad también las editaron algunos comercios, como el de Paco Bejarano, imprimiéndose imágenes de la zona de las trincheras y La Era chica. La más reciente la distribuyó el Ayuntamiento de Galaroza en 2014, con acertada intencionalidad turística, con motivo del 125 aniversario de la construcción de la Fuente de Doce Caños.

Hoy, 150 años después de su aparición, resulta un ejercicio de romanticismo recordar a las postales, como vehículo de comunicación que fueron y de promoción turística de los encantos de nuestros pueblos. Afortunadamente, aún subsisten, amenazadas por redes transnacionales como Twitter, Facebook o Instagram, al alcance de aquéllos que prefieren los viejos pero sentimentales medios de comunicación de antaño.