viernes. 19.04.2024
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Opinión

Ejército de valientes

Me siento tan afortunada, porque conozco, trabajo, he trabajado y trabajaré con el mejor público: “UN EJÉRCITO DE VALIENTES”.

Muchas personas tienen un concepto equivocado de lo que es la psicología. Últimamente me preocupa el hecho de que el campo de la psicología se haya abierto demasiado, y recientemente recibo a personas que han pasado por ciertas terapias (generalmente no llevadas a cabo por psicólogos) que han tenido más perjuicio que beneficio, y eso me asusta.

Me llama la atención como muy pocas personas se aseguran de nuestra formación, una formación que requiere una licenciatura en psicología y una habilitación sanitaria posterior que nos permite poder prestar un servicio de psicología al amparo de un Colegio Oficial de Psicología, y según un código deontológico adecuado que vela por el bienestar y la integridad del paciente. Integridad que a unos cuantos les importa relativamente poco, o nada.

Es cierto que la psicología es la vida, parte de la psicología a veces es sentido común, y que una buena conversación, un buen café o una charla adecuada, puede ayudarnos en momentos puntuales, pero aunque la Psicología está en todo, no todo es Psicología. Las personas que vienen a por nuestra ayuda merecen la máxima protección, cuidado y respeto del mundo, nos están dejando en nuestras manos parte de sus almas, y si eso no merece cuidado, nada en este mundo lo merece.

La decisión de acudir a terapia es una de las decisiones más valientes que se pueden tomar, uno sabe que yendo a terapia tendrá que afrontar la parte de él mismo que menos le gusta, que más le duele, o que más miedo le da. Cuando alguien te dice en una primera sesión: “estoy tan mal, que casi no vengo…”, ¿Qué hay más grande que eso? Una persona que entra temblando en consulta lo merece todo, y se convierte en una de las personas más valientes que conozco. Porque afrontar la vida estando bien requiere valentía, pero afrontarla con temor en los huesos… eso está a otro nivel.

Si tomas esa decisión, irás comprobando como en terapia ocurren algunas cosas muy particulares, lo primero es que nos enfocaremos en tu presente, nada de estar dándole vueltas y vueltas a tu pasado, a tu infancia y adolescencia. Es verdad que tu historia es importante, pero más importante aún es saber ahora cómo estás, y sobre todo, qué podemos hacer para que dejes de estar así.

Para poder eso es necesario que veamos cómo actúas, cómo piensas sobre las cosas que pasan, y sobre todo, como todo eso te hace sentir. Dejaremos de darle vueltas a por qué estás así, y empezaremos a enfocarnos en qué podemos hacer para cambiarlo. Y es que estamos orientados al cambio, es lo más importante. No lo pierdas de vista, vas a terapia para cambiar, ese es el sentido principal que tiene todo esto, llegó un punto en el que eras tan poco feliz que decidiste acudir a una persona para que te ayude a ser más libre, más sereno o serena, a conseguir equilibrio y bienestar, no te entretengas por el camino. Por lo general, siempre que la problemática nos lo permite, tratamos de hacer terapias a corto plazo, es decir, estamos aquí para que se produzca el cambio, pero además, que se produzca lo antes posible. Nada de pacientes crónicos.

No nos olvidemos que la psicología es ciencia, con lo cual trataremos de medir de vez en cuando los síntomas para ir comparando la mejora con el paso de las sesiones, y así poder tener unos datos objetivos, para que veas y sepas cómo vas mejorando. No son sólo simple sensaciones. Esto es muy necesario, porque tenemos la mala costumbre de poder ver con claridad todo lo malo que hacemos, pero cuesta reconocernos todo lo que se hace bien, y todo lo que se avanza, esto pasa sobre todo cuando la persona es muy exigente consigo misma, cosa bastante frecuente por desgracia.

Para mí la relación entre terapeuta y paciente lo es todo, absolutamente todo. Estamos en el mismo barco, nuestros objetivos serán comunes, entre los dos pactamos dónde queremos llegar, y mutuamente nos haremos sugerencias, vamos de la mano. Lo bonito de todo esto es que tú eres el que recorre el camino, nadie te lleva, el psicólogo sólo te acompaña, para que nunca dudes que el mérito de haber hecho tanto, es tuyo.

No, no es magia, aunque a veces lo parezca.

No, no lo hacemos los psicólogos.

No, tampoco es casualidad.

Es una persona cansada de no poder sentirse bien, con plenitud, con serenidad, cansada de tener la sensación de que la vida lo vapulea, cansada de que sus pensamientos la lleven donde no quiere. Cansada de no ser libre.

Y que en un momento determinado tomó la heroica decisión de terminar con eso, aun sabiendo que el camino es difícil, quiso recorrerlo, y eso, le cambió la vida.

Por eso me siento tan afortunada, porque conozco, trabajo, he trabajado y trabajaré con el mejor público: “UN EJÉRCITO DE VALIENTES”.

Este es Tu Espacio de Psicología, si quieres que hablemos de algún tema que te preocupe o del que quieras saber más contacta conmigo a través de mi email o WhatsApp.

 Ana Bella Vázquez Gento, Psicóloga de ciMa Atención Psicológica Huelva.

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Instagram: @cimahuelva