Eslabones anónimos de una cadena colectiva
Imagina, por un momento, que pudiera rastrearse con precisión cuántas personas participaron en la cadena de transmisión de este maldito virus (Covid-19) hasta infectar a una última que terminó muriendo.
Imagina que tu nombre apareciera en las listas de varias de esas cadenas, ¿cómo te sentirías? Me imagino que mal; y más, sabiendo que para interrumpirla hubiera bastado con usar mascarilla, hoy por hoy, la única arma que tenemos.
De ahí que no entienda que ciertas corrientes critiquen su uso o inciten a no llevarlas, dándole un trágico sentido al popular dicho: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.