lunes. 06.05.2024
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La otra sanidad que ha paralizado el estado de alarma

Existen otros sanitarios que, a pesar de tener permiso para trabajar en esta situación crítica por el coronavirus Covid-19, no están pudiendo hacerlo. Fisioterapeutas, odontólogos, podólogos, audiometristas, optometristas... Diariodehuelva.es habla con ellos.
La otra sanidad que ha paralizado el estado de alarma

Están en primera línea y son reconocidos merecidamente con aplausos cada día. Los profesionales sanitarios se han convertido en uno de los sectores esenciales que no han parado de trabajar durante el Estado de Alarma. Médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería... Pero existen otros sanitarios que, a pesar de tener permiso para trabajar en esta situación crítica por el coronavirus Covid-19, no están pudiendo hacerlo debido a varias razones como por ejemplo la falta de equipamiento de protección individual, garantías de protección sanitaria, o el contacto directo inevitable en su labor.

Fisioterapeutas, dentistas, podólogos, ópticos... Son muchos los profesionales onubenses que han visto paralizadas sus consultas físicas, pero que afrontan este Estado de Alarma con diferentes opciones para no dejar a sus pacientes con los tratamientos a medias. Pero no todos tienen esa posibilidad, como los dentistas.

La odontología es uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, puesto que para tratar al paciente, el contacto es directo y con zonas peligrosas de contagio. "Nos hemos visto en la obligación moral de no continuar con las consultas, ya que no hemos tenido opción de tener equipos de protección individual (EPI) y no podemos poner en peligro a ningún paciente", ha expresado María Infante, odontóloga.

En este sentido, José María Medina, optometrista, ha expresado a diariodehuelva.es que "para nosotros ha sido imposible acceder a mascarillas, equipos EPI, etc. porque a pesar de ser profesionales sanitarios, en el mercado hemos sido considerados ciudadanos, con lo que la carencia de estos equipos nos ha afectado de lleno". Medina trabaja para una cadena de ópticas que se "ha visto obligada a plantear un ERTE por fuerza mayor".

En concreto, en la cadena de ópticas se han visto afectadas ocho personas por el ERTE. "Esperamos que nos lo acepten sin ponernos trabas, ya que por cuestiones de seguridad, responsabilidad y compromiso con nuestros clientes no hemos podido abrir por garantizar su seguridad sanitaria, y la nuestra". Aún así, "existe un servicio mínimo para urgencias que lo está prestando el compañero que no ha entrado en el ERTE, ya que nos debemos a nuestros pacientes y si alguno sufre una rotura de lentes, pérdida de lentillas, o cualquier urgencia, tenemos que atenderle de la forma más segura posible".

Esta es la sensación de la odontóloga María Infante. "Tenemos que atender urgencias, sí. Pero siempre con la máxima garantía de seguridad higiénica para prevenir contagios, y con los equipos que nos han facilitado es imposible".

Los dentistas fueron de los primeros en interponer sus quejas al no facilitarles equipos de seguridad "puesto que nuestro contacto es directo, con zonas de alto índice de posibilidad de contagio como son la boca y mucosas". Muchas clínicas estuvieron abiertas los primeros días del Estado de Alarma, pero tras comprobar la dificultad de conseguir material de protección y el peligro al que se enfrentaban trabajadores y pacientes, decidieron echar el cierre.

Infante es clara "el Estado nos ha dejado totalmente desamparadas a las clínicas. Siendo una fuente de transmisión del virus importantísima y siendo de los sanitarios que más exposición y más riesgo de contagio tenemos, no decretó el cese de actividad". Así, ha añadido que "no nos han ayudado en absolutamente nada, porque tenemos que estar abiertos, pero solo para atender urgencias dentales. Algo que se traduce en pérdidas absolutas". "De las cinco personas que trabajamos en las dos clínicas, cuatro personas están en ERTE, porque hemos pasado de tratar una media de 30 pacientes diarios, a 5 por urgencias como mucho en todo este tiempo, y muchas telefónicas incluso".

El planteamiento cuando se levante el Estado de Alarma es "seguir tratando primero lo urgente, y se pospondrán tratamientos que puedan esperar. Nosotros nos adaptaremos con un ritmo de trabajo diferente, con un ciclo de desinfección más pulcro si cabe, espaciando a los pacientes para que estando en la sala tengan la distancia de seguridad pertinente. Y 'disfrazándonos de astronautas', es decir, con los equipos de protección individual pertinentes", ha señalado Infante.

En este sentido se ha expresado Lorenzo Rodríguez, co-director de la Clínica Vidacer y fisioterapeuta. "Es muy complicado. Estoy bastante preocupado por situación familiar y laboral. Hemos pasado por varios momentos, compromiso al cerrar voluntariamente, confianza en el gobierno, desconfianza en el gobierno, irritación, etc. Ahora mismo, más tranquilo personalmente, sosegado. Buscando opciones".

Más allá del caos personal que está suponiendo para estos profesionales sanitarios (la gran mayoría son autónomos con personal a su cargo), profesionalmente su compromiso con los pacientes hace que "no paremos la atención". Sí físicamente, pero no en su totalidad. Rodríguez ha expuesto que "intentamos aprovechar las nuevas tecnologías para seguir con mis pacientes. Nosotros los fisioterapeutas tenemos fundamentalmente tratamientos basados en 3 pilares: terapia manual, ejercicio terapéutico y educación en Salud. Teníamos que hacer algo para seguir con los dos últimos puntos y que los pacientes no se estancasen en su evolución".

De ahí que este fisioterapeuta ha explicado a diariodehuelva.es que "utilizando mi casa, materiales comunes, y a mi hija de modelo, nos pusimos manos a la obra. Realizamos más de 200 ejercicios grabados. Lo más difícil fue individualizarlos, para cada paciente sus ejercicios. Un trabajo de muchas horas. Cada semana, hago seguimiento vía telemática con cada uno (Skype o WhatsApp), con un refuerzo de ejercicios o avanzando".

Un trabajo online que "nosotros ya lo hacíamos antes, ya que tenemos pacientes que vienen de toda España y Portugal a nuestra consulta, y era una vía conocida para nosotros. La dificultad de esta vía es la individualización, pilar básico también de nuestros abordajes. La vía telemática es muy interesante, y creo que es una herramienta que hay que trabajarla". Respecto al futuro 'tras el Covid-19', Rodríguez ha expuesto que "creo que afectará en la misma situación que en otros colectivos con algún matiz añadido. El problema aquí es doble, uno el sanitario, y otro a nivel empresarial. En el primero, tendremos que hacer esfuerzos máximos para que nuestros pacientes pierdan el miedo a acudir otra vez a consulta. Para ello, extremaremos los protocolos de limpieza y de seguridad en nuestros tratamientos".

A esta cuestión profesional, le sigue la empresarial en la que ha confirmado que "esta situación va a afectar bastante. Las medidas adoptadas por el gobierno hasta ahora no hacen más que endeudarnos, por un lado nos obligan a seguir trabajando y por otro exigen medidas que no podemos ofrecer en nuestra práctica clínica diaria. Estamos totalmente desamparados. Estos hechos van a ocasionar el cierre de muchas consultas, y que haya compañeros que dejen la profesión. Creo que nuestro caso en particular, tras 19 años de consulta, tenemos cimientos fuertes, y estamos consolidados como consulta clínica en la sociedad, por ello, pasaremos un tiempo de crisis fuerte, pero estoy seguro que saldremos poco a poco".

Por otro lado, el gremio de podólogos expone que "desde que se decretara el Estado de Alarma solo podemos atender urgencias". Un hecho que provoca pérdidas económicas casi irreversibles, y que los pacientes empeoren o tenga un retraso en sus tratamientos en todas estas áreas sanitarias.

Los podólogos afrontan esta situación con atención telefónica, "prevaleciendo siempre el factor riesgo y benéfico sobre el paciente. Posteriormente, tras una buena anamnesis telefónica y medios complementarios a través de este". Respecto a las consecuencias de esta situación, son claros "son imprevisibles, lo que está claro es que cambios se van a producir según vaya evolucionando esta situación y con repercusiones en la actividad profesional, de tipo asistenciales, sociales y económicas".

Los audiometristas son otros de los profesionales sanitarios que se encuentran en esta situación. Raúl Escobar trabaja en una multinacional con sede en Huelva y ha explicado a diariodehuelva.es que "el estado de alarma nos ha hecho cerrar temporalmente los centros. Aunque somos centros esenciales, durante las dos primeras semanas sólo hemos atendido urgencias durante un día a la semana, para salvaguardar la salud de nuestros pacientes y nuestros trabajadores".

Actualmente, en el centro de Escobar "trabajamos con cita previa, durante dos días en semana en horario de mañana (9:30 - 13:30). Progresivamente iremos aumentando días y horarios. Y nos encargamos de dar pilas, limpieza de audífonos, reajustes etc... Siempre manteniendo los protocolos de seguridad ante el Covid-19".

Ya desde la Asociación de Empresarios de Óptica y Audioprotesistas de la provincia de Huelva, integrada en la FOE, se ha acordado recientemente el cierre de sus establecimientos ante la falta de equipos de protección individuales (EPIs) aunque permanecerán servicio de urgencias para no dejar desabastecido a ningún cliente que necesite de estos profesionales mediante cita previa o en horario de apertura especial, con la esperanza de que, más pronto que tarde, la situación volverá a la normalidad.

Respecto al futuro más cercano, este audiometrista expone que "sería imposible que esta crisis sanitaria no afecte a ningún sector, en nuestro caso especialmente, los usuarios objetivo son mayormente las mayores y estos son quienes más riesgo corren con esta crisis. Y sabiendo que hasta que todo esté con normalidad, las ventas se pueden ver reducidas, aunque pensamos que durante este confinamiento las personas que sufren de alguna deficiencia auditiva, se han dado cuenta del problema y con esta situación sea el detonante de que decidan en ponerse unos audífonos".

Sanitarios que cada día ayudan a cuidar de nuestra salud, y que "por profesionalidad y compromiso" se han visto abocados a echar el cierre físico para evitar cualquier mínima posibilidad de contagio por Covid-19.