miércoles. 01.05.2024
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La retirada del uranio de los fosfoyesos, una prioridad urgente para el CSIC y la UHU

Un estudio del CSIC y la UHU aconseja retirar las salmueras y sales mezcladas con toneladas de uranio por su alta toxicidad y peligrosidad para las personas y el medio ambiente de Huelva.
La retirada del uranio de los fosfoyesos, una prioridad urgente para el CSIC y la UHU

Un estudio publicado en la revista científica Science of the Total Environment por la Unidad Asociada al CSIC de la Universidad de Huelva (UHU) “Contaminacióin Atmosférica” cuestiona la idoneidad y eficacia del proyecto original de restauración de los fosfoyesos presentado por Fertiberia al Ministerio para la Transición Ecológica. El trabajo aconseja retirar cuanto antes las salmueras y sales mezcladas con toneladas de uranio y otros elementos químicos tóxicos y muy peligrosos para la salud de las personas.

Este estudio es clave para la restauración de los fosfoyesos de Huelva.

El trabajo desarrollado a los largo de tres años y más de un centenar de visitas de campo al corazón de la balsa de la zona 3 de los fosfoyesos sentencia el proyecto original de restauración de Fertiberia y aconseja no sellar y tapar los depósitos de la Zona 3, como pretende el Grupo de Villar Mir, sin antes retirar las salmueras y sales, con toneladas de uranio y otros peligrosos elementos químicos, que alberga.

Cabe recordar que Fertiberia anunció que presentaría el pasado mes de septiembre el proyecto final de restauración y recuperación de las balsas de fosfoyesos de Huelva encargado a la empresa estadounidense Ardaman&Asociates. Sin embargo aún no ha obtenido el plácet de la Declaración de Impacto Ambiental que debe emitir el Ministerio de Transición Ecológica.

El proyecto de Fertiberia ha sido muy cuestionado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, partidos políticos municipales y el movimiento ecologista de Huelva. Porque consiste básicamente en el encapsulamiento de los fosfoyesos para evitar cualquier contacto con el exterior, y la restauración y revegetación de los terrenos para integrarlos en la marisma una vez drenada el agua interna del fosfoyeso y el agua infiltrada por las lluvias.

Las conclusiones del estudio, liderado por Roy Lieberman y María Izquierdo de la Unidad Asociada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la Universidad de Huelva, y la Universidad de Ariel de Israel, responden a las alegaciones presentadas en abril del año 2017 y aportadas por este grupo de investigación en el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) antes de que éste se pronuncie sobre el proyecto de tapado y sellado presentado por Fertiberia.

Del trabajo se deduce que será un error dar luz verde ministerial a ese proyecto (Fertiberia) sin tener en cuenta las salmueras y sales bandeadas que alberga la balsa de la zona 3. Una zona que necesita de forma urgente un tratamiento especializado porque cada millón de metro cúbico contiene hasta 180 toneladas de uranio.

Es una verdadera mina de uranio, tierras raras y otros elementos estratégicos lo que se ha ido acumulando en la balsa de la zona 3 a lo largo de todos estos años de vertidos e inacción.  En los año 80, Fertiberia ya pensó en el negocio nuclear aprovechando la fuente de uranio de los fosfoyesos.

El trabajo describe la disolución de los componentes químicos móviles de los fosfoyesos por parte del agua de lluvia de forma estacional, dependiendo la concentración de los contaminantes de la evaporación, recarga mediante bombeo y precipitación de las sales a partir de las salmueras existentes.

Cuando esas condiciones cambian, los componentes químicos como el zinc, cadmio, arsénico o cromo se concentran en las salmueras y sales  y vuelven a ser disponibles en las salmueras, por lo que cada año las balsas acumulan mayor cantidad de elementos de gran toxicidad, comportándose esta zona como una “trampa química”. Así aumenta la presencia de éstos en las salmueras que pueden alcanzar la ría de Huelva o resuspenderse como partículas en el aire que respiramos.

El estudio que llega a estas conclusiones y cuestiona  el proyecto de Fertiberia se ha centrado “en la geoquímica de los grandes depósitos de fosfoyeso en Huelva”.

Su abstract documental (resumen) recuerda que “los fosfoyesos, residuos de la producción de fertilizantes, se abandonaron en grandes balsas que contenían el agua de proceso, actualmente salmueras, y se expusieron a la intemperie”. Así subraya que “se descubrió que las balsas de evaporación son entornos dinámicos lejos de alcanzar condiciones de un estado estacionario donde una cantidad de contaminantes traza están sujetos a variaciones temporales en respuesta a las condiciones ambientales”.

Para el trabajo “se utilizaron datos químicos y mineralógicos para mejorar el conocimiento sobre la dinámica de una gran cantidad de elementos en el sistema de fosfoyesos y sobre todo de la evaporación de las salmueras”.

El estudio indicó un enriquecimiento sustancial en elementos potencialmente dañinos para la salud de las personas y el medio ambiente (por ejemplo, As, Cr, Cu, F, Ni, U, V, Zn) presentes en concentraciones dependientes del tiempo, subraya el resumen.

Y añade que “en la balsa de evaporación formaron sales bandeadas a partir de las salmueras constituidas por cloruros, sulfatos, fosfatos y fluoruros que contienen una gran cantidad de contaminantes en formas fácilmente solubles”.

La secuencia de precipitación reveló, apunta el estudio, “una composición dependiente del tiempo que refleja los procesos alternantes de precipitación y redisolución asociados con cambios estacionales en las condiciones climáticas locales”.

La conclusión final aconseja la retirada urgente de los contaminantes químicos de la balsa de la zona 3 de los fosfoyesos, frente al tapado de las mismas.

Estas conclusiones han sido respaldadas por las observaciones en planta piloto con tanques que simulaba el sistema de depósitos de evaporación de salmuera de los fosfoyesos. “Dadas las concentraciones sustancialmente altas de contaminantes presentes en formas móviles en las salmuera, se deben implementar acciones para reducir estos compuestos”, concluye.