viernes. 19.04.2024
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“Si la víctima de una violación está paralizada o sometida, debe entenderse que se da una situación de violencia”

Lola Pavón González, psicóloga serrana y una de las impulsoras del manifiesto contra la sentencia de La Manada, explica cómo se ideó el comunicado de psicólogos y psiquiatras de toda España
“Si la víctima de una violación está paralizada o sometida, debe entenderse que se da una situación de violencia”

Lola Pavón González es una psicóloga serrana que se ha criado entre El Repilado (Jabugo) y Galaroza, y que acumula una experiencia profesional que supera los quince años de trayectoria. Aunque se especializó inicialmente en psicología infantil, de familia y adolescencia, lleva mucho tiempo atendiendo a pacientes de todo tipo de patologías. En estos días ha adquirido relevancia a nivel nacional por haber impulsado un manifiesto de su profesión contra la sentencia en el caso de La Manada. En esta entrevista con Diario de Huelva, expone sus objetivos y opiniones en este tema.

¿Cómo surgió esta idea de redactar y lanzar un comunicado conjunto de psicólogos y psiquiatras de toda España?

Comenzamos contagiados por la inquietud que se había generado en la sociedad en general por la sentencia, creando un grupo de amigos y profesionales en redes sociales, intercambiando opiniones y teniendo la sensación de que debíamos hacer algo. No sólo fui yo la impulsora de la idea, sino también de Cristina Medina Pradas, doctora y profesora universitaria y psicóloga perinatal, y de José Luis Gonzálo Marrodán, experto en traumaterapia.

Las intervenciones nos impulsaban a movernos y mostrar nuestra opinión, que no pretende sustituir a la de los juristas, pero sí aportar una visión necesaria ahora y en el futuro. Comenzamos a recabar colaboraciones y opiniones de expertos que pudimos fusionar en una ‘Carta Abierta de los/as profesionales de la psicología y la psiquiatría al Ministerio de Justicia y a la ciudadanía’, que ha contado con un amplio consenso.

¿Pensó en que la iniciativa pudiera tener una difusión a nivel estatal?

No pretendíamos en un primer momento un impacto tan importante, ya que el grupo tiene más de 8.000 participantes, casi 2.000 firmantes de la Carta, y todos los medios de comunicación pendiente de ella. Nos ha sobrepasado y nos ha impresionado porque no estamos acostumbrados a esta exposición pública. Nos han requerido para entrevistas en Canal Sur, La 1, Antena 3, Cuatro, Telecinco y La Sexta, la iniciativa ha aparecido en primera página de El País y hemos tenido cientos de llamadas, mensajes y reconocimientos. Nuestro propósito está cumplido, no queríamos publicidad pero, si hemos ayudado a ofrecer otra versión que esimprescindible, entonces hemos conseguido un objetivo justo.

¿Cuáles han sido esas pretensiones de la carta?

Queríamos trasladar que hemos de reconsiderar conceptos como consentimiento y resistencia en una violación de una mujer, y también reflexionar sobre cómo el sistema patriarcal imperante genera un marco cultural que condiciona cualquier interpretación sobre temas como este. Lo que subyace en la sentencia es una situación generalizada de sociedad patriarcal en la que estamos, y que provoca que no podamos sustraernos a la interpretación machista en estos casos. Tenemos normalizado que se puede forzar a una mujer y así se parece legitimar un marco interpretativo en el que un juez o una jueza se permite cuestionar a la víctima.

No se puede tolerar la cosificación de la mujer y su consideración como un ser que debe demostrar su falta de consentimiento durante una violación. Y en cuanto al voto particular del magistrado que pide la absolución, hemos de afirmar que, contrariamente a lo que este juez interpreta, no hay disfrute en una situación de violación; incluso si se produce algún gemido, se trata de reacciones fisiológicas del organismo.

La exigencia de violencia en estos delitos ha saltado a la luz pública con esta sentencia pero, ¿es un caso habitual?

Esta sentencia no es sino un caso que ejemplifica una situación generalizada. Es una situación lamentablemente habitual, aunque ahora tenga este eco mediático. En la consulta recibo a muchas mujeres que sufren violencia de género y que también sufren violencia sexual. Cuando son violadas, simplemente adoptan una postura pasiva, deseando que pase pronto ese calvario. Eso no es consentimiento. La ley exige que haya violencia expresa, pero si la víctima está paralizada o sometida, debe entenderse que se da esa situación de violencia.

No pretendemos ser jueces pero es necesario repensar socialmente esta situación para mejorarla. Es imprescindible que los juristas tengan en cuenta estas opiniones

¿Cuáles son las enseñanzas de este caso para el futuro?

Lo que ha dejado claro esta sentencia es que hace falta formación para nuestros jueces  y nuestras juezas en perspectiva de género, y también para toda la sociedad en general. Y en cuanto a la ley, es necesaria la reforma del Código Penal, algo que se está debatiendo hasta en la ONU, para acabar con la posibilidad de que sentencias como ésta se repitan en el futuro.

El fallo principal de la sentencia es que si la persona está sometida, no hace falta ejercer violencia contra ella, no puede justificarse que no hiciera nada. Pero no se puede poner el foco en la víctima, sino en un grupo de personas que cometen un delito con premeditación y del que además se vanaglorian. Iniciativas como esta Carta Abierta que hemos impulsado deben servir para educar y promover el buen trato entre las personas.