viernes. 19.04.2024
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Sobre la problemática de la Ecoaldea de El Calabacino

El biólogo Vicente Jurado Doña reivindica en esta carta la forma de vivir en consonancia con la naturaleza de los habitantes de El Calabacino
Sobre la problemática de la Ecoaldea de El Calabacino

Por Vicente Jurado Doña

Biólogo. Coordinador Corriente Verde Andaluza

El pasado día 14 de diciembre se celebró una reunión de representantes de la Fundación Savia, presidida por Francisco Casero, con los habitantes de la Ecoaldea de El Calabacino, en Alájar (Huelva), para tratar el problema que vienen padeciendo desde hace meses. La reunión se celebró en el Ayuntamiento de Alájar y a ella asistieron unas 30 personas. Un grupo de patronos de la Fundación ya había visitado el lugar semanas antes, invitados por los propios habitantes.

La Ecoaldea la componen un grupo neorrural formado por unas 115 personas incluidas niñ@s, que lleva viviendo en esa maravillosa zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche desde finales de los años 70. Allí se instalaron, algunos de ellos extranjeros (franceses, chilenos, norteamericanos) y también andaluces y de otras regiones de España y fueron comprando  las casas semiderruidas, con los huertos abandonados del antiguo pueblo del mismo nombre que llegó a tener la Alcaldía, la cárcel y la oficina de Correos. El proceso de emigración rural que sacudió los pueblos de Andalucía durante las décadas de los 60 y 70 hizo que se abandonasen pertenencias y modos ancestrales de cultura rural ligada al medio físico mediterráneo. Extensas superficies de dehesas, ganados, construcciones rurales…fueron abandonadas en búsqueda de la “nueva vida” que se ofrecía desde las grandes ciudades españolas y del extranjero (Alemania, Suiza). Este movimiento de acercamiento a la Naturaleza, bajo unas nuevas premisas de creatividad y acercamiento entre las personas, basado en el trueque y alejado de las pautas capitalistas, se inició en la década de los años 60 en Europa Occidental y Norteamérica bajo la influencia de los movimientos contraculturales y del famoso Mayo del 68.

Con el paso del tiempo, estos nuevos ocupantes del espacio serrano de Huelva (hubo aparte de El Calabacino, otro asentamiento de neorrurales en las cercanías de Cortegana) se han dedicado (y lo hacen aún) a la elaboración de productos artesanos, a la confección de objetos (pendientes, sortijas, atrapasueños…), a la música, a la poesía…construyendo una nueva forma de relación con la Naturaleza, más armoniosa, menos destructiva. Much@s de ell@s son licenciados y todos han elegido ese estilo de vida. Ell@s mismos han fabricado sus casas, hacen el pan, mantienen y viven de sus huertos con un sistema de trueque social y llevan a sus hij@s a los centros escolares de Alájar y Aracena. Dado el alto índice de natalidad los niñ@s permiten el mantenimiento de los profesores de los centros escolares del entorno (Linares, Castaño del Robledo…) que se podrían ver abocados al cierre en pocos años y la permanencia de la Ecoaldea facilita la fijación de personas jóvenes en el medio rural onubense cada vez más despoblado y envejecido.

También apuestan claramente por las energías renovables y el acceso a las casas hay que hacerlo a pie. La Ecoaldea está situada en un área bien conservada de bosque y matorral mediterráneo de la Sierra, con una gran biodiversidad.

A principios de este año 2017 se abrieron varios expedientes administrativos por parte de la Dirección del Parque Natural porque “la tipología de las viviendas no se ajusta a la normativa del Parque” (?). Muchas de estas viviendas están fabricadas por ellos mismos utilizando los elementos del territorio: tierra compactada y paja. Su diseño obedece a pautas bioclimáticas, que tanto se airean ahora desde la Administración ambiental. Se organizan jornadas y congresos sobre arquitectura bioclimática y sin embargo, se argumenta irónicamente desde el Parque, es decir, desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que esos elementos pueden dar lugar origen a incendios forestales en la vegetación.

Ha intervenido de oficio la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva (vaya, de oficio), como si de un problema gravísimo se tratara. En cambio para otras actuaciones, la Fiscalía se inhibe, como en el caso de la tremenda contaminación provocada por algunas de las industrias del Polo Químico de Huelva, o el gravísimo caso de la acumulación de los fosfoyesos radiactivos de Fertiberia.  Como si todo el tema de la contaminación que padece Huelva y los pueblos de alrededor no tuviese una clara incidencia en la aparición de graves enfermedades en los ciudadanos, que se han manifestado repetidas veces y durante muchas décadas contra la contaminación industrial. Pero claro, la Justicia en nuestra Andalucía siempre se pone de parte de los poderosos salvo muy contadas excepciones. Además, cuando la Justicia interviene eso supone una clara incapacidad por parte de la Administración y de las fuerzas políticas de establecer los mecanismos adecuados para solucionar los problemas.

El caso es que este asunto, se podría arreglar fácilmente con diálogo y posturas sensatas, y más aún teniendo en cuenta que la nueva redacción del PORN y del PRUG del Parque Natural se encuentra ahora en fase de revisión, lo que podría dar lugar a la aparición de una nueva tipología de zonación que permitiese estos nuevos asentamientos. Si así fuese, ello llevaría automáticamente a la suspensión del proceso judicial. Además ellos han solicitado que en el PGOU de Alájar se considere la Ecoaldea (que forma parte de la Red Ibérica de Ecoaldeas, RIE), bajo una figura administrativa ya existente denominada Hábitar Rural Diseminado de Interés Rural y Ecológico.

Sin embargo, alguna familia con hijos pequeños, ya ha recibido la orden de derribo por parte del Ayuntamiento de Álajar y se esperan más en los próximos días. Los habitantes de la Ecoaldea han decidido mantenerse unidos y firmes y han apostado por la solidaridad entre ell@s, aparte de poner en marcha una batería de acciones que debemos, a mi entender, apoyar. Todos los que venimos luchando desde hace décadas por la conservación del medio ambiente en la provincia de Huelva y en toda Andalucía, que anhelamos un mundo mejor, más ecológico, amable y humano, no podemos mirar para otro lado en estos momentos, ante la grave situación que está viviendo un grupo de gente tranquila, amante y respetuosa de los ciclos de vida de la Naturaleza, y que han apostado conscientemente por otra forma de vida no capitalista y alejada de la sociedad de consumo.