La doble moral del entorno del Recre con los impagos del club a los jugadores

Que la gestión de Pablo Comas al frente del Recreativo ha sido un desastre, es un hecho evidente. Incluso existe un juez que aprecia indicios de delito en la labor del empresario madrileño al mando del Decano. Ahora bien, ello no exculpa que muchos de los opositores a Gildoy España hayan actuado de manera hipócrita e interesada.

Uno de los ejemplos más claros es el de los impagos y los entrenadores. Cuando José Luis Oltra dirigía al Recre rumbo al descenso a la Segunda División B, los críticos de Comas excusaban el mal hacer del técnico valenciano en los meses que el club le adeudaba a la plantilla. Incluso era noticia cada vez que los adeudos se incrementaban en diez, quince o treinta días.

Ahora, con Alejandro Ceballos en el banquillo, como antes con Sergi Barjuan, los impagos siguen ahí. De hecho, los futbolistas no han visto ni un solo euro correspondiente a la presente temporada. Pero como de lo que se trata es de derribar al preparador sevillano por ser "un hombre de Comas", nadie hace referencia a la falta de cobro como justificación del mal arranque liguero del equipo onubense.

Y lo mismo es aplicable a los trabajadores de la entidad, los verdaderos sufridores de la crisis económica del Decano. Mientras el pago a los empleados fue responsabilidad de Comas, los impagos eran el argumento ideal para, justificadamente, criticar la mala gestión del empresario. Ahora que como nuevo dueño el Ayuntamiento es el responsable de todas las deudas del club, pocos critican al Consistorio por su falta de previsión a la hora de abordar los atrasos al personal laboral y deportivo.