sábado. 20.04.2024
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“Los drones son el futuro para investigar los incendios”

El fiscal de Medio Ambiente, Alfredo Flores, elogia el trabajo del Plan Infoca en la lucha contra los fuegos, y repasa con Diariodehuelva.es los problemas que más afectan a Huelva a nivel medioambiental. Uno de ellos, las extracciones ilegales de los acuíferos: "Desaparece el lince y sería una catástrofe; pero sin agua, Doñana sería un desierto"
“Los drones son el futuro para investigar los incendios”

El fiscal de Medio Ambiente, Alfredo Flores, elogia el trabajo del Plan Infoca en la lucha contra los fuegos, y repasa con Diariodehuelva.es los problemas que más afectan a Huelva a nivel medioambiental. Uno de ellos, las extracciones ilegales de los acuíferos: "Desaparece el lince y sería una catástrofe; pero sin agua, Doñana sería un desierto"

En una provincia como Huelva, donde existe una sensibilidad medioambiental muy marcada y vigilada, el trabajo desde la Justicia es permanente. Eso lo sabe bien la Fiscalía  de la Audiencia Provincial, cuya sección de Medio Ambiente, que encabeza el fiscal Alfredo Flores, ejerce una labor continua y muy implicada con los problemas particulares del territorio. Problemas como la amenazada sostenibilidad de Doñana o incluso el maltrato animal han dejado en un plano secundario otros conflictos más comunes épocas pasadas, como los cambios de uso o las construcciones ilegales.

Pregunta.- ¿Qué evolución se ha dado en la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva?

Respuesta.- En materia medioambiental, puede decirse que han cambiado los tiempos. Antes nos ocupaban mucho los casos de ordenación de territorio, como cambios de uso en zonas freseras o por construcciones ilegales en la zona de la Sierra. Ahora todo eso está controlado, salvo casos aislados. Lo que sí nos estamos encontrando es mucho maltrato animal, con un gran número de denuncias. Un ejemplo de esto es una gran operación a nivel provincial, con el trabajo del Seprona de la Guardia Civil, con los perros de caza que presentan cortes de orejas y rabos. Es una de las investigaciones, y bastante amplia, que se está dando en Huelva.

P.- ¿Es una práctica muy extendida?

R.- Se da por toda la provincia. El primer caso, que está pendiente de juicio, se detectó en Aracena en una inspección rutinaria. A partir de ahí comenzaron a peinar más el territorio y nos hemos encontrado con casos en otras zonas, como por ejemplo Moguer. En este sentido hemos tenido varias reuniones con el Colegio de Veterinarios, que está colaborando mucho en este tema y también con la asociación de rehaleros para explicarles nuestra postura. En total, puede haber más de 50 actuaciones de este problema de maltrato animal.

P.- ¿Hay más maltrato animal o más concienciación social?

R.- Existe una demanda social de persecución penal y de castigo al maltrato animal. Hay más conciencia social, porque maltrato animal ha habido siempre, lo que ocurre es que ahora se denuncian y persiguen los casos. Hoy, el que tiene un animal siente que está más vigilado.

P.- ¿Se produce maltrato de animales en El Rocío?

R.- Rotundamente, no. Nadie va a tolerar en El Rocío que se maltrate a un caballo, y el que hace el camino normalmente cuida más al animal que a sí mismo. Estamos hablando de una enorme concentración de personas y de animales, y las situaciones se producen sobre todo con los que alquilan, que muchas veces no saben en qué condiciones están adquiriendo los animales. Mueren caballos en El Rocío: sí. Pero no hay maltrato. Lo importante es que se controla y se investiga.

P.- Otro asunto que siempre preocupa es el fuego. ¿Cómo ve la situación de cara a un nuevo verano?

R.- Los incendios están muy controlados en la provincia. Si miramos la evolución, muchos de los incendios forestales son simbólicos. Y no importa tanto que sean más, sino la superficie afectada y el tipo de superficie, ya que no es lo mismo un incendio pasto o matorral que de arbolado. La realidad es que el dispositivo del Plan Infoca funciona tan bien aquí, son tan profesionales, que es muy difícil que un incendio se les vaya de las manos, aparte de que están muy preparados, con prevención y simulacros.

P.- ¿Podría producirse otro caso como el Riotinto en 2004?

R.- Sería muy raro y confío en que eso no se produzca. Pero evidentemente el riesgo cero no existe. Todos trabajamos para ello. Con una provincia como Huelva, con la masa forestal que tiene, es muy complicado. El mayor problema que tenemos realmente es averiguar qué incendios son intencionados. En estos casos hemos hablado muchas veces de la ayuda que puede suponer la tecnología, con el uso por ejemplo de drones. No puedes tener a gente vigilando los campos constantemente, pero sí que podemos controlarlo con drones, y pienso que ahí está el futuro. El dron puede controlar una gran extensión de terreno con su cámara.

P.- ¿Cómo recuerda el caso de Riotinto, con la perspectiva de los años?

R.- Lo que pasó en la Cuenca Minera es importante para aprender cómo se han hecho las cosas. Fue una instrucción larguísima, y sólo había pruebas indiciarias. Fue importante a raíz de ese incendio que los fuegos intencionados se sacaran del jurado. Pero sigue siendo complicado, pero se ha avanzado tanto en materia de investigación que en un caso como el de Riotinto -que quedó sin autor al quedar absuelto el único acusado- ahora llegaríamos a un juicio con muchas más garantías.

P.- Otro de los problemas es el que presenta la zona de Doñana-Condado y el agua. ¿Preocupa a la Fiscalía?

R.- Ocupa y preocupa. En este tema hemos logrado que salgan a la luz los casos de extracciones ilegales de agua. Aquí he de decir que el sector de la agricultura es el primer interesado en que esto se solucione. La agricultura en Huelva es consciente de que no es sostenible una actividad de frutos rojos en el Condado y la zona de Doñana que se nutra de pozos que afecten al acuífero. Lo hemos repetido muchas veces, aquí no se persigue al sector, sino a unas conductas minoritarias. En esta cuestión tanto la Fiscalía de Sala como el Seprona realizan un trabajo ímprobo y exhaustivo. Lo esencial aquí es acabar con las extracciones de acuíferos subterráneos, y que se use agua superficial, que la actividad agrícola sea motor económico, pero desde la legalidad. La buena noticia es que hay concienciación y ganas de colaborar por parte del sector agrícola.

P.- ¿Los acuíferos de Doñana están definitivamente fuera de peligro?

R.- Ojalá. Estamos trabajando para ello y hemos cortado extracciones, y eso el acuífero lo va a notar. En Doñana, se extingue el lince u otra especie y sería una catástrofe, pero Doñana seguiría existiendo. Pero sin agua, Doñana desaparece, se convertiría en un desierto.

P.- ¿Cómo valora la situación actual y el futuro que depara a las balsas de fosfoyesos?

R.- Lo único que se puede decir es que hay una sentencia de la Audiencia Nacional que se está ejecutando, y hay que tener en cuenta que la ejecución de las sentencias medioambientales, sean penales o contenciosas como en este caso, es un proceso largo y muy complejo, y el tribunal es el primero que no va a permitir que ahí se haga algo que no cumpla, y eso se lo va a exigir a la empresa. Aquí hay que hablar de proyectos serios, y para eso tenemos un comité de técnicos en este caso al que hay que escuchar.

P.- Se ha criticado mucho el proyecto de 'tapado' de los fosfoyesos.

La empresa dice que eso se ha hecho en otros sitios. Eso es cierto, pero también lo es que el problema aquí no es tanto por arriba, con el recubrimiento o la reforestación, sino por abajo, en el suelo, ya que al estar en un suelo de marisma y que es inestable puede darse el problema de posibles filtraciones, y eso es lo que tiene que controlarse muy bien, la impermeabilización o como quiera llamarse, que el sistema garantice que no se vayan a producirse filtraciones a la marisma. A mí me da una enorme garantía a nivel técnico que esté la Universidad de Huelva en el comité de expertos, porque no sólo son expertos en la materia (de hecho, algunos de los peritos son los del 'caso Mari Luz'), sino que están comprometidos con Huelva.