Fernando Palacios, “avergonzado y arrepentido”, pide perdón a Huelva

El estilista ha trasladado a Natividad Cano y al colectivo de taxistas sus "más sinceras disculpas" y reconoce que su comportamiento fue "imperdonable". Desde los hechos no acudido al trabajo "por miedo a la represalia social"

Hundido, con el rostro visiblemente cansado y entre lágrimas, Fernando Palacios, el estilista de Huelva condenado por la agresión a la taxista Natividad Cano, ha convocado a los medios de comunicación en su establecimiento de la calle San Francisco en una rueda de prensa para mostrar sus “más sinceras disculpas” y “máximo arrepentimiento” por los hechos acaecidos. Eso sí, ha asegurado no acordarse de nada y ha tratado de justificar su comportamiento en una “intoxicación etílica severa”.

Palacios, acompañado de su letrada, ha afirmado, con la voz entrecortada, que se ha puesto en contacto tanto con Natividad Cano como con el colectivo de los taxistas –por carta- para pedir ese perdón, y no ha vacilado a la hora de calificar su comportamiento de “imperdonable”.

Palacios ha insistido en que no recuerda nada de lo acontecido en la madrugada del pasado domingo. La culpa, del alcohol.

“No era consciente de mis actos; fue un error, hice algo en lo que no me reconozco”

Así, Fernando Palacios, que ha lamentado la presión social (sobre todo a través de las redes sociales) y las críticas hacia su persona –“se me está degollando”, ha dicho- ha manifestado que, pese a su comportamiento “imperdonable”, le encantaría que Natividad Cano “acepte mis disculpas y que algún día me pueda perdonar”, que le diera “la oportunidad de demostrarle cómo soy en realidad”.

También se ha referido a lo sucedido en el Palacio de Justicia, donde se celebró el lunes el juicio rápido en el que sería condenado a cuatro meses de prisión (que no cumplirá por no tener antecedentes) y al pago de una cuantiosa indemnización a la víctima y los agentes también agredidos. “Me gustaría haber sido capaz, en el momento, en el juzgado, de acercarme a ella y haberle pedido disculpas personalmente”. No lo hizo, ha asegurado, por “vergüenza e impotencia”. Eso sí, trasladó su arrepentimiento a la taxista y al colectivo que la acompañaba a través de su letrada.

Colectivo vulnerable

Además, Palacios ha reconocido la situación de vulnerabilidad que sufren los profesionales del taxi. “Ahora más que nunca me doy cuenta de lo desprotegido y frágil que es este colectivo a determinadas horas, las noches de los fines de semana”. Y se ha puesto él mismo como ejemplo: “Toda mi vida he sido una persona responsable, y aun así he sido capaz de hacer algo en lo que no me reconozco”.

Fernando Palacios se ha puesto a disposición del colectivo de taxistas para “poder ayudar” en cualquier campaña de concienciación.

Premio Dedal de Oro

La enorme presión ciudadana y la petición en Change.org para retirarle el recientemente otorgado Dedal de Oro le han costado el galardón. Pero Fernando Palacios ha restado importancia a este asunto. "No me importa el premio; si después de 25 años como profesional me dan un galardón por mi profesión y por una equivocación creen que me lo pueden quitar, que me lo quiten: para mí no es relevante".

Consecuencias laborales

Ha sido este jueves la primera vez que Palacios ha aparecido por el salón, ha asegurado el estilista, y no ha ido al trabajo por "temor, por miedo a la represalia social". Por ello, y tras mostrar su arrepentimiento público, espera que "todo cambie".

"Me encantaría seguir trabajando y luchar por mi negocio, pero depende de Huelva, no sólo de mí. Más no puedo hacer"

Asimismo, el peluquero ha subrayado su defensa de la mujer: "Siempre he sido pro mujer y he trabajado por sacar lo mejor de una mujer". Emocionado, ha dicho que "siempre ha sido un honor para mí embellecer a una mujer y sacarle lo más bonito". Y ha reiterado: "He cometido un error y creo que lo estoy pagando caro". En este punto, ha destacado que si no fuera una persona conocida en Huelva, "nadie se hubiera enterado". Y tras insistir en que ha "cometido un error", ha lamentado todas las críticas hacia su persona: "No he matado a nadie y no he violado a nadie".