sábado. 27.04.2024
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Opinión

Agricultura serrana

La Fundación Caja Rural del Sur, ha editado una publicación titulada "Alimentos de Huelva", en la que se realiza un detallado informe sobre la relación entre los alimentos de Huelva y las fuentes que los originan. Expertos onubenses de primer nivel, en los respectivos grupos de alimentos, nos explican, o mejor, nos llevan de la mano,  por la gran variedad de alimentos que podemos encontrar en nuestra provincia, gracias a la riqueza y diversidad de sus ecosistemas y la cantidad y calidad de sus aguas. El libro no es de cocina, como pudiera parecer por su título, ni es tampoco un recetario, es tan solo una guía para conocer mejor los alimentos de nuestra tierra y amarlos como se merecen.  En lo que respecta a la Sierra, el trabajo de investigación ha sido realizado por nuestro paisano, Diego Diájara Hidalgo, que ha centrado su informe en el sabor natural de los manjares agrícolas serranos, haciendo un repaso exhaustivo a la historia de las célebres huertas serranas, regadas por la cuenca del río Múrtigas, y algunas por el Odiel, que tuvieron su máximo esplendor entre los años 40 y 70. Diego nos lleva a aquellos tiempos,  en los que los famoso peros de Galaroza y Fuenteheridos y, cómo no, los conocidos melocotones de La Nava, recorrían los mercados de la geografía nacional. Nuestros regadíos no solo producían frutas; sino también hortalizas extraordinarias como las exquisitas papas de Fuenteheridos, de especial sabor cuando se fríen y buena conservación una vez recolectadas, o  los tomates “corazón de toro”. Los datos que maneja Diego aseguran que el origen de la hortofruticultura serrana se remonta a tiempos árabes, o quizás romanos. Las acequias de riego, aquí llamadas  “lievas”,  tienen su origen en algún manantial, en Fuenteheridos “La Fuente de los Doce Caños”, y serpentean siguiendo impecables curvas de nivel para que el agua de riego llegue a la mayor superficie posible. Además, en muchos de nuestros pueblos, existen “albercas de turno”, que eran albercas de riego compartidas por varios agricultores y con unos turnos de riego establecidos en relación con la superficie de cada huerta. Diego, como experto conocedor de la agricultura de la Sierra, calcula que entre todos los municipios serranos existen unas 900 há de regadío que producían, en los años citados, unos doce millones de kg de peros por campaña, y unos 350.000 kg de melocotones. También teníamos una importante producción de peras, con unas cosechas menores, ya que su cultivo se centraba solo en Fuenteheridos y Castaño del Robledo.  En cuanto a manzanas teníamos las autóctonas que se clasificaban en dos grupos principales, las bicolores y las blancas o amarillas. En la Sierra distinguimos entre peros y manzanas por su tiempo de recolección. Las manzanas se recolectaban más temprano, en el mes de agosto, y los peros se recolectaban  de septiembre  a primeros de noviembre. Nuestros regadíos pueden producir un tipo de fruta que debido al clima y situación, en ningún lugar de nuestra Comunidad Autónoma se pueden obtener. La recuperación del agro-serrano es fundamental para impulsar nuestro desarrollo socioeconómico, avalado por la escasez de este tipo de productos en Huelva y porque esta recuperación generaría abundantes puestos de trabajo. Pero además, poner en valor nuestros regadíos tradicionales provocaría la recuperación del paisaje que ofrecen nuestras huertas y se convertiría en otro atractivo más para atraer al turismo de naturaleza. Tenemos un clima idóneo, una alta calidad de tierra, el agua para regadíos bien estructurados y existe un gran potencial de consumidores, por lo que se hace prioritario convencer y exigir a la administración autonómica de la necesidad de recuperar y mejorar sustancialmente unos regadíos tradicionales que, según nuestra historia, fueron de los primeros mancomunados de España. Regadíos que deberían ser considerados como Patrimonio Cultural Agrario serrano.

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