miércoles. 08.05.2024
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Los asentamientos migrantes, ciudades-infierno ante la emergencia climática

La ola de calor ha destapado la situación de extrema vulnerabilidad climática que atraviesan las más de 2.500 personas que habitan las infraviviendas de la provincia.

 

09/06/2017 Asentamiento de Lepe (Huelva). 
POLITICA ANDALUCÍA ESPAÑA EUROPA HUELVA SOCIEDAD
EUROPA PRESS/ASNUCI
Los asentamientos migrantes, ciudades-infierno ante la emergencia climática

Efran aterrizó en Huelva hace tres años en un invierno que le pareció primavera. Los últimos meses los había pasado trabajando como temporero en un cultivo de frutales en Lleida desde donde tuvo que volver a emigrar cuando los jornales empezaron a escasear. “Recuerdo que el frío cortaba las manos y las condiciones eran duras pero el calor que he encontrado en Huelva lo supera todo. Es inhumano”, asegura el senegalense.

Efran vive actualmente en una infravivienda de Lepe junto a otro centenar de compañeros a la espera de poder pagar otro tipo de alojamiento: “No tenemos agua corriente ni por tampoco electricidad, así que es imposible enchufar nada, ni ventiladores ahora en verano ni calefacción en invierno”, explica el jornalero.

09/06/2017 Asentamiento de Lepe (Huelva). 
POLITICA ANDALUCÍA ESPAÑA EUROPA HUELVA SOCIEDAD
EUROPA PRESS/ASNUCI

De media, estos espacios construidos en su mayoría a base de madera y plásticos, han llegado a soportar esta semana una media de 45º durante el día y entre 28º y 30º durante las noches por lo que la vida en su interior puede considerarse de verdadera emergencia climática. “Igual que muchas personas esta semana he dormido fuera, por la noche saco el colchón y por la mañana antes de irme vuelvo a meterlo, así al menos puedo descansar porque dentro es imposible”.

Vulnerabilidad climática

Se calcula que durante esta ola de calor hay alrededor de 2.500 personas en toda la provincia en situación de  vulnerabilidad climática severa, para las que no existe un plan de contingencia pública, más allá del que ofrecen desinteresadamente las organiazciones no gubernamentales y las personas voluntarias sobre el terreno.

Esta situación que se ha intensificado en los últimos años ante el avance progresivo del cambio climático, amenaza con hacer inviable la vida en lugares ya cálidos de por si, como sucede en algunos puntos de la provincia. El aumento de los meses calidos y muy cálidos así como las explosiones meteorológicas (DANA, calor extremo...) han creado verdaderas ciudades-infierno en el que las personas migrates tratan de sobrevivir.

Alberto Torres, enfermero y voluntario de una ong que actúa en toda la provincia, advierte que no se puede esperar más para dar una respuesta al problema climático de las personas migrantes: "No nos damos cuenta pero los asentamientos son pequeños laboratorios en los que se puede ver el futuro inmediato de mucha gente que se piensa a salvo por tener un techo", asegura. "Si el capitalismo ha arrojado a centenares de personas llegadas a la provincia a la precariedad laboral, el cambio climático ha convertido sus vidas en un infierno".

En la última semana, Torres y sus compañeros han multiplicado el número de útiles que entregan a los habitantes de las infraviviendas: "Durante la ola de calor, hemos duplicado prácticamente los litros de agua que llevamos normalmente. Además de comida y otros útiles habituales, les ofrecemos información sobre cómo protegerse del calor, la necesidad de ventilar y otras cuestiones que nos parecen obvias al resto de la población. Les ofrecemos también crema tópica tanto para evitar las quemaduras del sol como lociones antipicaduras, muy habituales en esta época del año pero los recursos siguen siendo limitados", advierte.