sábado. 27.04.2024
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El incendio del Entorno de Doñana de hace un año obligará a talar cinco millones de árboles

Ecologistas recuerda que recuperar la zona del fuego que obligó a evacuar Mazagón costará a la Administración 50 millones de euros, más 1,5 millones en extinción y 9,8 en valores ambientales y pérdida de renta. Pide mayor prevención.
El incendio del Entorno de Doñana de hace un año obligará a talar cinco millones de árboles

Ecologistas en Acción prevé que la restauración de la zona afectada por el incendio forestal en Doñana -hace hoy un año que se inició el fuego- va a costar bastante más de cincuenta millones de euros que habrá que sumar al millón y medio que costó la extinción y que habrá que sumar a la pérdida de renta de 9,8 millones de euros en valores ambientales, recreativos y económicos como la piña, pastos, madera, caza o plantas aromáticas.

Esta afirmación la hace la organización a la luz del documento de directrices para la restauración que ha sido entregado a los grupos de trabajo del Consejo de Participación del espacio protegido, previo a su presentación en el próximo Pleno de este órgano colegiado en julio. El documento, en el que ha colaborado una comisión multidisciplinar de entidades públicas, prevé preparar un plan de restauración muy diverso y heterogéneo en atención a los numerosos hábitats y ecosistemas, y teniendo en cuenta la respuesta de la vegetación y el banco de semillas.

Ecologistas en Acción acoge con buenas expectativas el documento de directrices pero exige que se aplique el principio de cautela. Así, solicitará que junto a la completa erradicación de especies exóticas prevista, apostando por las especies propias de Doñana, y previo a la tarea de eliminación de árboles quemados, los ejemplares afectados sean marcados por el equipo del espacio protegido cumpliendo exhaustivamente con los requisitos que se describan para las cortas.

Según Ecologistas, esta exigencia responde a que existe un gran vacío de literatura científica relativa a la resiliencia del pino piñonero tras un incendio y sería necesario, por la falta de conocimiento científico, dar más margen a los árboles para ver la evolución.

La intervención para eliminar casi 173.000 toneladas de madera en una superficie de 7.183 hectáreas, con la tala de unos cinco millones de árboles, dejaría un paisaje desolador. Según Ecologistas, "la administración ambiental debería de realizar una selección exhaustiva para una primera actuación de corta de árboles completamente calcinados y podas en los ejemplares algo más afectados. Posteriormente, el seguimiento del arbolado afectado irá marcando la necesidad de nuevas labores y las pautas para avanzar en la restauración al ritmo de la naturaleza, evitando así una posible tala masiva que sólo beneficiaría a fábricas que se dedican a la producción de energía a partir de la biomasa".

Para la organización ecologista, Doñana y su entorno están "viendo disminuidos o devaluados los espacios forestales y no basta responder con modificaciones presupuestarias que favorezcan las restauraciones que haya que hacer, sino que es fundamental comenzar a paralizar los proyectos que supongan la pérdida de arbolado y de monte público".

Esta organización lleva tiempo dando cuenta de algunos antecedentes de pérdida de arbolado que se vienen dando en la zona, como descatalogaciones de montes públicos, trabajos de entresaca de pinos en una zona próxima al Paraje Natural de la Laguna de las Madres o la tala indiscriminada de decenas de pinos verdes centenarios en terrenos del antiguo albergue Pedro Alonso Niño en Mazagón.

Ecologistas recuerda que los incendios forestales son verdaderos atentados contra nuestro medio natural y contra la vida rural, y desgraciadamente los autores suelen quedar en el anonimato y con impunidad total en la mayoría de los casos. Para la organización “no aprendemos la lección de los incendios forestales y hacemos un gran esfuerzo sólo en verano, cuando sufrimos las consecuencias y nos entra pánico”. Finalmente, insisten en que la lucha contra los incendios forestales requiere una gestión preventiva y una apuesta decidida y firme por el desarrollo rural integral impulsado con apoyo político, financiero y social, porque “los montes siempre fueron vida y trabajo, y en términos económicos la prevención es más barata y beneficiosa que la posterior extinción y restauración”.